Son unos de los tumores más frecuentes en la clínica diaria. Aparecen tanto en perras enteras como en aquellas que han sido vaciadas después de haber tenido varios celos antes de operarse, no descartando su posible aparición, en un porcentaje mucho menor (2,5 %), en machos.De forma coloquial, cuando el clínico (veterinario) habla de tumores nos asustamos. Sin embargo, debemos distinguir entre los términos de tumor y cáncer o neoplasia. De forma genérica, un cáncer siempre es un tumor maligno, pero el término neoplasia o tumor no indican su naturaleza, si es malo o bueno, si no añadimos a continuación el adjetivo benigno o maligno.
Es un hecho que la incidencia de casos de cáncer en nuestros animales domésticos va en aumento; aumento que puede ser debido a múltiples causas (raza, predisposición genética, obesidad prematura dentro del primer año de vida, factores hormonales, etc.) pero una de los elementales es porque nuestras mascotas viven más años. Se estima que la edad media a partir de la cual se incrementa la posibilidad de padecer neoplasias es de 8 a 10 años.
A pesar de que sigue siendo poco habitual, seguimos recomendando a los clientes la importancia de esterilizar a las perras, porque se ha demostrado que el vaciado de las hembras a edades tempranas es una forma de prevención muy efectiva para evitar la aparición de tumores de mama. Si se realiza la ovariohisterectomía (vaciado) antes del primer celo, el riesgo será sólo de un 0,05%; si el vaciado se realiza entre el primer y segundo celo se incrementa el riesgo un 8% y, si el vaciado se realiza después de los dos años la incidencia aumenta hasta un 26%. El vaciado del animal a edades adultas no le prevendrá ya de padecer un cáncer de mama, pero si podría prevenirle de la aparición de otros tumores benignos o de otras patologías ováricas y uterinas.
La detección temprana de los tumores permite garantizar mejores pronósticos, de aquí la importancia de palpar y acariciar la zona del vientre de nuestras perras para poder localizar con prontitud cualquier tipo de bultito sospechoso. Debemos recordar lo ya comentado, los tumores pueden ser benignos (en el 60% de los casos) o cancerígenos; los tumores benignos, a diferencia de los malignos, son más pequeños, perfectamente delimitados, móviles, firmes, de crecimiento lento y pueden cambiar de tamaño con el celo, el estado general del animal suele ser bueno. Este tipo de tumores si no se extirpan se pueden transformar en malignos y ocasionar otros síntomas más complejos, pero el más grave es que puedan llegar a metastatizarse, es decir, que puedan llegar a liberar células malignas que van a colonizar otros órganos lejanos como pueden ser los pulmones o el hígado. En general, las perras jóvenes suelen tener mayor incidencia de tumores benignos, excepto en los casos en que han sido tratadas con drogas para eliminar el celo, para eliminar embarazos psicológicos o abortivos.
El diagnóstico para confirmar nuestra sospecha es una biopsia del tejido afectado. El tratamiento aconsejado, el quirúrgico, consistente en eliminar el nódulo afectado, si este es pequeño, la mama si el nódulo es más grande, las mamas próximas a la afectada si el tumor es grande y sospechoso de maligno, y extirpación completa de la cadena mamaria en los casos más graves. Esta cirugía puede ser curativa en animales con tumores benignos o de baja malignidad; en tumores malignos, aumenta el índice de supervivencia y la calidad de vida de nuestras mascotas.
Mi consejo como veterinaria, es proceder a su vaciado, antes de su segundo celo y si no es posible por diferentes razones, supervisar la posible aparición de bultos en las mamas a partir de los 7 a 8 años de edad.
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