La reproducción asistida para perros está adquiriendo, progresivamente, una mayor importancia. Son muchos los propietarios que desean contar con descendencia en sus mascotas, ya sea por afectividad -contar con uno o varios hijos del perro al que han amado-, por preservar los rasgos diferenciales de ciertos ejemplares o por otros intereses, económicos o profesionales. Entre ellos, realizar cruces de buenos ejemplares a distancia, sin necesidad de encuentros físicos.
También la tecnología de la cría asistida en perros está avanzando. Cada vez existen más alternativas y posibilidades para conseguir excelentes resultados. Tres son, en principio, las técnicas disponibles al respecto: control del ciclo de la perra, manejo del semen e inseminación artificial.
Control del ciclo de la perra
Determinar el pico exacto de fertilidad en una perra es la clave de este diagnóstico veterinario para la reproducción asistida. Hay que considerar que, en cada ciclo, una perra solo puede fecundar dos o tres días.
Por eso, identificar el momento de fecundidad es fundamental. La citología vaginal es la fórmula más utilizada para hacerlo, pues permite establecer sus porcentajes celulares, según su morfología. La aplicación de tinciones especiales facilita el proceso, cuyo resultado no es 100 % preciso.
El uso de progesterona es una auténtica técnica estrella para la cría asistida en perros. Se extrae sangre por las mañanas al animal y se analizan sus parámetros de esta sustancia, lo cual permite definir con rigor los mejores momentos de monta o inseminación. Ofrece una mayor exactitud que el procedimiento anterior.
Existen otros procedimientos cuya aplicación y resultados se encuentran, todavía, en proceso de análisis y consolidación.
Manejo del semen canino y criopreservación
También cabe la opción de trabajar sobre el semen de los machos. La extracción por estimulación manual es el método más sencillo y práctico, pues permite aislar y separar las tres fracciones del eyaculado para aprovechar únicamente la intermedia. Es importante, una vez obtenido, no someterlo a cambios bruscos de temperatura y evitar su contacto con agua, detergentes, germicidas u otras sustancias.
El siguiente paso es realizar una evaluación de su calidad y, después, se aplica a la hembra o se somete a procesos de refrigeración o congelación para prolongar su duración útil. Es necesario tener en cuenta que, la congelación, siempre produce una merma en la calidad final del producto.
Inseminación artificial canina
Un veterinario cualificado es capaz de llevar a cabo la inseminación artificial canina con la ayuda de un auxiliar técnico veterinario, depositando el semen en la perra de manera alternativa a la monta natural. Ello permite prevenir enfermedades de transmisión sexual, asegurar la calidad del semen recibido y cruzar ejemplares que, de otro modo, nunca sería posible.
Este procedimiento se puede realizar de dos maneras: depositando el semen en la vagina o en el útero de la perra. La más habitual, y fácil, es la inseminación vaginal. Para realizar estos procesos, es posible usar la conocida como técnica escandinava, el videovaginoscopio y la laparatomía de línea media/laparoscopia, un sistema más controvertido por su naturaleza invasiva.
Consultar con el veterinario las opciones de reproducción asistida es una alternativa fiable, avanzada y científica que la cría asistida en perros pone a disposición de los propietarios que la necesitan.
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