Los gatos, al igual que las personas y el resto de mamíferos, puede sufrir diversos problemas y enfermedades relacionados con su aparato respiratorio. De hecho, estos pueden tornarse especialmente graves, motivo por el que, una vez detectado cualquier síntoma, es conveniente llevarlo a un veterinario. Aquí queremos hablar de las más frecuentes en el mundo felino.
La gripe felina
También conocida como rinotraquétis. Puede ser ocasionada por un virus o por una bacteria. Sus principales síntomas son secreción abundante de mucosidad, ronquidos al dormir y malestar general. Se detecta muy fácilmente y el tratamiento se basa en el refuerzo del sistema inmunológico del gato ya que no existe una cura como tal. Como prevención, lo ideal es vacunar al animal periódicamente desde que es un cachorro.
Uno de los principales problemas derivados de la gripe felina es que, si no se trata adecuadamente, puede derivar en neumonía. Esta sí que es una enfermedad realmente grave y con un porcentaje elevado de mortalidad, sobre todo, cuando el animal ya tiene cierta edad. Debe tratarse urgencia con antibióticos, expectorantes e inhaladores.
El asma felino
Los gatos, al igual que los seres humanos, pueden sufrir asma, es decir, inflamación de los bronquios que dé como resultado tos crónica y convulsiva y falta de aire. Para diagnosticarla, es necesario realizar una radiografía pulmonar. Por su parte, el tratamiento del asma felino se fundamenta en la aplicación de corticoides para reducir dicha inflamación. También se recetan inhaladores para abrir los bronquios y facilitar la respiración. El propio auxiliar técnico veterinario puede aportarte mucha información al respecto.
Otros problemas relacionados con el aparato respiratorio de los gatos
Los gatos pueden tener otros muchos problemas relacionados con su capacidad para respirar. Muchos de ellos son ocasionados, curiosamente, por enfermedades en los dientes y las encías, que suelen generarles estornudos, tos y sensación de ahogo.
También pueden ser ocasionados por parásitos, aunque son menos habituales. Generalmente, suceden en gatos que han vivido en la calle antes de ser adoptados y que han comido babosas o caracoles o que se han escapado durante unos días. La única forma de tratar estos problemas son mediante medicamentos antiparasitarios y mediante técnicas de reconstrucción de las vías respiratorias.
Además, los gatos también pueden presentar alergias a esporas, ácaros o comidas que les provoquen problemas a la hora de respirar. Por su parte, debido a su carácter curioso, pueden ingerir cosas que, posteriormente, les provoquen tos, arcadas y estornudos. Finalmente, también pueden presentar pólipos, sobre todo, cuando son jóvenes. Estos son formaciones mucosas de carácter benigno muy habituales en los gatos jóvenes y que suelen acumularse en la garganta. Pueden detectarse por ronquidos y congestión nasal.
En definitiva, los problemas de carácter respiratorio en gatos pueden llegar a tornarse realmente graves. Por ello, nada más detectar cualquiera de los síntomas que hemos comentado anteriormente, es imprescindible acudir a una clínica veterinaria lo antes posible. Una vez allí, el auxiliar técnico veterinario nos atenderá y asesorará en todo lo que necesitemos.
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