Con este artículo concluimos con la serie que hemos dedicado a los perros de alerta médica. Hemos hablado de cómo funciona el olfato canino para detectar enfermedades y los tipos de cáncer que son capaces de detectar. En esta publicación os explicamos que también son capaces de detectar, entre otras, la diabetes y la epilepsia.
Los perros de alerta diabética son entrenados para detectar un cambio en el cuerpo o el olor del aliento cuando una persona con diabetes tipo 1 está entrando en un estado de hipoglucemia. No se sabe con seguridad que producto o productos químicos son los que los perros están percibiendo pero se cree que pueden detectar los niveles altos o bajos de azúcar en la sangre.
Estos perros están capacitados para advertir a su propietario cuando detectan las señales de alerta, por ejemplo pueden saltar sobre su propietario, lamerlos extensivamente, empujarlos, sentarse o mirarlos fijamente. En el caso de niños, el perro despierta a los padres durante la noche si su hijo está experimentando una caída peligrosa del azúcar en la sangre.
También pueden ser entrenados para llevar kits de insulina o de alimentos o para comunicarse con otras personas.
Respecto a la epilepsia, algunos perros pueden predecir si una persona con epilepsia va a tener una convulsión en breve, incluso cuando la persona no se da cuenta de esto. Una de las ventajas de esta predicción es que la persona con epilepsia puede moverse a una zona segura y evitar lesiones.
A los perros se les enseña a cuidar de las personas durante y después de un ataque, pero la capacidad de predecir una convulsión es un comportamiento especial mostrado por algunos perros y no pueden ser entrenados, aunque puede ser fomentado.
Algunos científicos creen que los perros de alerta de convulsión en realidad están detectando las primeras etapas de una crisis que ya ha comenzado en lugar de “predecir”, en todo caso, cualquiera que sea la verdadera situación de su ayuda, ésta es muy valiosa.
Todavía nadie puede explicar cómo los perros saben que alguien va a tener una convulsión. Podría ser que los cambios en el cerebro originan productos químicos que los perros pueden oler o también que la facilidad con que los perros pueden detectar los cambios sutiles en el comportamiento de una persona sea también un factor.
Podemos encontrar también perros capaces de detectar la bacteria Clostridium difficile. Se trata de una bacteria que causa diarrea y cuadros intestinales más graves, tales como la colitis.
El contagio de la Clostridium difficile puede producirse por el uso prolongado de antibióticos. La infección se disemina con frecuencia dentro del propio hospital. A finales de 2012 se publicó un artículo en el British Medical Journal que describe los esfuerzos de un beagle de dos años llamado Cliff que fue entrenado para detectar la bacteria en las heces y en el aire alrededor de los pacientes de un hospital.
Después de dos meses de entrenamiento, a Cliff se le dieron 50 muestras de heces contaminadas con Clostridim difficile y 50 muestras sin. Cliff fue capaz de identificar correctamente las 50 muestras que tenían la bacteria y 47 de las que no. También fue llevado a dos salas del hospital para oler el aire alrededor de los pacientes y identificó 25 de los 30 casos de infección y 265 de los 270 casos sin la infección en sólo diez minutos.
Cliff nos ha demostrado que el uso de perros de alerta médica es una manera mucho más rápida y económica para detectar infecciones y enfermedades que el uso de otro tipo de pruebas médicas convencionales.
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