Los parásitos intestinales son pequeños organismos, capaces de invadir a otros seres vivos y alimentarse de ellos. En el caso de los perros, son numerosos los agentes parasitarios que pueden perjudicarlos.
¿Sabías que existen por lo menos tres enfermedades parasitarias en perros que pueden resultar mortales si no se atienden a tiempo?
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¿Qué encontrarás en este artículo?
- ¿Qué son las enfermedades parasitarias?
- Tipos de parásitos
2.1. Parásitos externos
2.2. Parásitos internos
3. Síntomas en perros parasitados
4. Formas de contagio
5. ¿Cómo se tratan los parásitos en perros?
¿Sabes que los parásitos no sólo ponen en riesgo la salud de los peludos, sino también la de las personas? Sí, las enfermedades parasitarias no sólo pueden llegar a causar daños irreparables en los animales, también pueden contagiarse a los humanos. De allí la importancia de conocer todo sobre los parásitos y cómo eliminarlos de forma correcta. ¡A por ello!
¿Qué son las enfermedades parasitarias?
Las enfermedades parasitarias son un conjunto de patologías producidas por parásitos, ubicados en el cuerpo de los animales; pudiendo generar graves consecuencias para su bienestar y calidad de vida. Además, algunas de ellas son zoonóticas, es decir, pueden ser transmitidas al humano, por lo que también suponen un riesgo para la salud pública.
Entre las patologías parasitarias más graves en canes están: dilofilariosis, causada por el nematodo Dirofilaria immitis, conocido como el gusano del corazón del perro, la leishmaniosis, transmitida por la picadura de un flebótomo (mosquito de la arena) y la ehrlichiosis, transmitida por la picadura de garrapatas infectadas.
La clasificación de estas enfermedades depende del tipo de parásito que las causa y el órgano o sistema que afectan.
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Tipos de parásitos
Suelen clasificarse en función del lugar del hospedador que ocupan:
Parásitos externos o ectoparásitos
Son seres vivos que habitan fuera del cuerpo del animal (piel y pelo). Se alimentan de la sangre del perro, así como de descamaciones cutáneas y pueden transmitirles enfermedades bacterianas y parásitos internos. Abarcan una amplia variedad de pequeños invertebrados, divididos en dos grupos: ácaros y garrapatas (subclase Acari); y pulgas, piojos, mosquitos, flebótomos y moscas (clase Insecta).
Parásitos internos o endoparásitos
Son seres vivos que habitan en el organismo del animal, principalmente en el intestino, los pulmones y el corazón, aunque también pueden invadir otras zonas del cuerpo, como ojos, piel, vías urinarias y cerebro. Se clasifican en:
- Protozoos: son organismos unicelulares microscópicos. Este grupo incluye a los giardias y a los coccidios, pequeños parásitos intestinales, muy habituales, que pueden producir diarrea en cachorros. Los más comunes son: Cystoisospora canis e Isospora canis.
- Helmintos: son gusanos parásitos que pueden vivir dentro o fuera de su hospedador. Existen dos grupos bien diferenciados:
- Gusanos o vermes redondos: conocidos como nemátodos, son los parásitos intestinales más habituales en perros (sobre todo jóvenes) y gatos, entre los que se pueden mencionar: Anclylostomas, Tricurideos y Áscaris.
- Gusanos o vermes planos: son parásitos que viven en el intestino delgado de los perros y pueden transmitirse al humano. También son conocidos como tenias, e incluyen los cestodos, como: Echinococus granulosus y Dipylidium caninum y los trematodos, como: Opisthorchis y Paragonimus.
Síntomas en perros parasitados
Cada especie parásita tiene su propio ciclo biológico, por lo que las enfermedades que producen presentan diversa sintomatología, de acuerdo a los tejidos del cuerpo afectados y a la respuesta inmunológica del peludo. Sin embargo, existen algunos signos que suelen observarse con frecuencia en perros parasitados:
- Digestivos: diarrea, vómitos, dolor abdominal, pérdida de interés por la comida (anorexia), cólicos, dilatación del estómago (timpanismo), etc.
- Cardio–respiratorios: tos, fatiga, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio.
- Dermatológicos: picor, pérdida del pelo, enrojecimiento de la piel, descamación, costras, granitos con pus (pústulas), pequeñas elevaciones redondeadas de la piel o pápulas, etc.
- Alteraciones neurológicas: convulsiones, encefalitis, cambio de personalidad, deterioro de las funciones mentales, etc.
- Retraso en el crecimiento (en caso de los cachorros).
- Pérdida de peso.
- Deshidratación.
- Anemia.
- Fiebre.
Es evidente el peligro que representan los parásitos para los animales de compañía y la importancia de tratarlos a tiempo. ¿Cómo? Te lo contamos más adelante.
Formas de contagio
La transmisión de parásitos en perros puede ser:
- Directa: el contagio puede ocurrir por contacto directo entre animales infectados, por ingesta de tejidos infectados, por vía oro-fecal, es decir, las heces de animales infectados contaminan el agua y/o el entorno, por vía lactogénica (a través de la leche materna de una hembra infectada) o transplacentaria (en el útero de una hembra infectada).
- Indirecta: el contagio se produce a través de vectores, como mosquitos, garrapatas o flebótomos.
¿Cómo se tratan los parásitos en perros?
Los fármacos antiparasitarios son el principal tratamiento para huéspedes indeseables en perros, los cuales son pautados por el veterinario, en función del tipo de agente parasitario responsable de la infección.
Estos medicamentos pueden administrarse por diferentes vías: pastillas, soluciones inyectables, pastas orales, jarabes, pipetas, tópica, collares, sprays.
En cachorros, la desparasitación debe realizarse de forma frecuente. La primera se realiza a las 3 semanas de edad. El tipo de tratamiento determina el intervalo de tiempo necesario para repetir el proceso, pero es esencial la desparasitación reiterada en sus primeros meses de vida.
En perros adultos, el tratamiento ante parásitos intestinales se adapta a las condiciones de vida del peludo, sin embargo, en general, se recomienda desparasitar cada 3 meses ante nematodos y cada 45 días ante cestodos.
El tratamiento para eliminar los parásitos puede complementarse con terapia de soporte (antiinflamatorios, transfusiones, fluidoterapia, control dietético, etc.) para mejorar la sintomatología e impedir complicaciones.
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Asimismo, existen algunos parásitos que pueden propiciar la aparición de infecciones bacterianas secundarias, en cuyo caso es necesario complementar el tratamiento con antibióticos.
Existe alta probabilidad de que los perros se contagien con algún tipo de parásito, al menos una vez en su vida, por lo que saber tratarlos contribuye a la buena salud, no sólo del animal de compañía, sino de su responsable y del entorno. Si te interesa conocer más sobre parasitología, fórmate con nosotros como Auxiliar Técnico Veterinario y alcanza el desarrollo profesional que mereces.