Son muy importantes las normas de entrenamiento durante los cinco primeros meses de vida del cachorro porque en ellas se va a basar todo el éxito futuro en la convivencia con la familia. Conseguiremos tener a un individuo seguro y equilibrado, sin traumas, miedos, inseguridades, evitaciones, etc.
Podemos conseguirlo actuando según las siguientes normas:
- Trabajar con el cachorro en casa ordenes sencillas, como sentado, tumbado, acudir a la llamada, etc.
- Usar siempre estímulos y refuerzos positivos.
- El tono de voz es fundamental, hay que transmitir al perro el sentimiento adecuado en cada momento (aprobación, felicitación, reprimenda, corrección, etc), se trata de adaptar la voz, no de gritar.
- Contingencia y Simultaneidad, consiste en que la orden y la postura deben ocurrir simultáneamente y la recompensa debe ser inmediata para reforzar la asociación causa-efecto. Desde que el cachorro ejecuta la orden hasta que se le felicita no debe pasar más de 0,5 segundos.
- Cada palabra ha de tener un solo significado.
- Debemos jugar con el cachorro antes y después de cada sesión, antes para cansarlo un poco y tenerlo motivado y después para que la sesión termine de forma placentera para él y asocie así el juego con la clase. Esto hará que el cachorro esté expectante con cada clase porque sabe que será agradable para él.
- Las sesiones tendrán una duración mínima ya que es muy difícil mantener la atención y concentración del cachorro. La duración de las clases irá aumentando paralelamente al avance en el adiestramiento.
- A partir de los seis meses de edad aproximadamente será el momento ideal para aumentar, intensificar y completar la tabla de ejercicios de adiestramiento que tenemos diseñada para asentar la disciplina en nuestro perro en diferentes entornos.