“Pet therapy” es una expresión anglófona que indica la posibilidad de utilizar a los animales como ayuda en el tratamiento de algunas enfermedades de tipo psíquico o psicológico, o simplemente reconocer los efectos positivos que puede tener un animal con su sola presencia en la vida cotidiana.
Si observamos cualquier situación de interacción de personas con animales nos damos cuenta que el animal es capaz de estimular sentimientos positivos, reducir las tensiones y establecer un ambiente más relajado a su alrededor. Un cachorro que juega es irresistible y nos suscita sentimientos de alegría.
La posibilidad de poder introducir a los animales como parte integrante de una terapia no es un concepto nuevo: en el siglo XVII ya se empezaba a recomendar la presencia de animales que interactuasen con pacientes de centros psiquiátricos. Pero, la observación que hizo que la terapia con animales fuese considerada una verdadera herramienta vino del psiquiatra Boris Levison que a mediados de 1900 observó como sus pequeños pacientes mejoraban de forma extraordinaria si su perro Jingles asistía a la terapia. Desde entonces se ha demostrado como con la presencia de un perro los pacientes son capaces de expresar mejor sus emociones, relacionarse y tranquilizarse.
Efectos beneficiosos
Las bases para explicar los increíbles efectos positivos de los animales en las personas son complejas, pero se puede pensar que los humanos no nos sentimos juzgados por los animales; ellos nos aman independientemente de nuestro aspecto físico o nuestra inteligencia o salud. No entramos en competición con ellos y esto contribuye a aumentar la seguridad y la autoestima.
Cuando dos personas se encuentran, existen barreras emocionales que impiden que se establezca una conexión entre ellas: el miedo al otro nos impide ser nosotros mismos. Con un animal es fácil establecer conexiones inmediatas y esto nos ayuda a hacerlo más fácilmente con otros humanos.
Los efectos beneficiosos de la presencia de un animal van de la relajación a estimular la aptitud positiva en personas deprimidas o la socialización de personas introvertidas.