La estética de los perros está adquiriendo una importancia cada vez mayor. De hecho, la labor del peluquero canino está siendo más y más demandada. El corte de pelo canino suele ser un proceso creativo cómodo de realizar, pero cuando se hace a un perro nervioso o agresivo, no basta con querer hacerlo: es imprescindible conocer algunos trucos para llevar a cabo con éxito la tarea.
Miedos e inquietudes de los perros
En cierto modo, los perros son como las personas: tienen su carácter, sus manías, sus fobias y sus preferencias. Algunos se ponen nerviosos cuando se quedan solos con un extraño, otros se intranquilizan al ver unas tijeras u otros objetos con los que no están familiarizados, como el secador de pelo o determinados peines y cepillos, estos elementos como podéis imaginar son muy comunes en una peluquería canina. Ciertos canes prefieren tener cerca a su dueños en estas circunstancias, mientras otros se portan mejor quedándose solos. La experiencia y el hábito, tanto del perro nervioso como del dueño y del peluquero canino, nos ayudarán a decidir y a ejecutar mejor los procedimientos.
Pero, claro, si no realizamos bien los primeros cortes de pelo, la experiencia puede resultar traumática para el perro, lo que dificultará los siguientes. Por eso, esa primera vez supone una gran responsabilidad para el peluquero canino… o para el propietario que decide a hacerlo en casa.
Lo más normal, en estas situaciones difíciles, es que el perro se decante por morder, esconderse o no estar quieto. Resulta imprescindible adoptar las medidas adecuadas y actuar siempre con cuidado, calma y sincero cariño. Ellos, como nosotros, también perciben los sentimientos que les proyectamos.
Cómo cortar el pelo a un perro nervioso
Si el animal trata de morder al peluquero canino o se esconde, suele ser por miedo a la novedad o a los útiles de peluquería. Se debe empezar haciendo ruido con el material, por ejemplo, las tijeras, pero sin tocarle. Debemos dejar que se vaya acostumbrando poco a poco. A continuación, proceder a acercar las tijeras a su cuerpo mientras le acaricias y le dices palabras bonitas, especialmente aquellas que utilizamos para recompensarlos. Con un poco de paciencia, comenzará a acostumbrarse al equipo y relajará la cola, momento que debes aprovechar para acariciarle suavemente con las tijeras. Como volverá a intranquilizarse, tendrás que volver a actuar del mismo modo, siempre con movimientos suaves, plácidos y agradables. Cortar las puntas un poquito es la siguiente etapa, reiniciando el proceso, sin caer en la excitación, si es necesario. En caso de agresividad, gruñido o intento de morder, debes dirigirle un toque dominante o producir un sonido de apaciguamiento, como “thsss”. El uso del bozal es una posibilidad… cuando no queda otro remedio.
Si no deja de moverse, el procedimiento a seguir es parecido, aunque exige un plus de paciencia. Los refuerzos positivos son determinantes. Para ello, el peluquero canino puede utilizar chuches y recompensas ante un perro nervioso, pero siempre debemos hacerlo de manera progresiva y con un cierto nivel de exigencia, para que realmente resulten efectivas.
Conocer al perro, crear un ambiente agradable, ser delicados, tener paciencia e ir paso a paso, intercalando halagos y recompensas, son las claves para cortar el pelo a un perro nervioso.
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