Una de las características fundamentales que permiten definir al perro como especie animal es aquella que hace referencia a su estructura social. Los perros, al igual que sus antepasados los lobos, han basado gran parte de su éxito en la posesión de una estructura social altamente compleja y organizada. Dicha organización en grupos les ofrece la capacidad de poder cazar de una manera más eficiente, al mismo tiempo que reduce el peligro de sufrir un ataque por parte de otros depredadores. Para que dicha estructura social no funcione de forma caótica, es necesaria la existencia de un sistema que permita una buena comunicación entre cada uno de los miembros que la integran.
Para comunicarse con sus semejantes el perro utiliza tres de sus sentidos: la visión, el olfato y la audición. Mediante dichos canales sensoriales, el perro es capaz de mostrar sus intenciones a la vez que percatarse de las intenciones del resto de sus compañeros. Los fenómenos de comunicación permiten que la conducta de un individuo (el emisor) pueda modificar el comportamiento de otro individuo (el receptor) y viceversa.
Entendiendo los distintos tipos de lenguaje del perro, tendremos la posibilidad de influir en su conducta de una forma correcta y natural.
Comunicación visual
Se basa en unas series de expresiones y posturas corporales divididas en tres grandes grupos:
•Posturas o expresiones faciales.
•Posturas o expresiones corporales.
•Posturas o expresiones caudales.
El lenguaje corporal se aprende durante la socialización. Mediante éste, el pero muestran distintos estados, como dominio, sumisión, agresividad, calma, relajación, excitación, inseguridad, ansiedad o miedo, etc.
Comunicación olfativa
El olfato tiene una gran importancia dentro de los sistemas de comunicación caninos. En general, los mensajes de tipo olfativo se relacionan con la identificación individual, la territorialidad y la reproducción, y se usan también en las conductas de cortejo y apareamiento. Y más aún: el olfato es capaz de informar al macho sobre el estado reproductivo de la hembra, el rango social y el estado de salud.
Por otra parte, los mensajes olfativos parecen ser responsables de la agresividad que se desencadena en muchos encuentros entre individuos del mismo sexo.
Dos tipos de comunicación olfativa:
•Directa (como por ejemplo cuando dos perros se huelen)
•Indirecta (como por ejemplo cuando un perro huele la orina que otro ha dejado anteriormente en el tronco de un árbol)
Para que un sistema de comunicación pueda existir como tal, son necesarios tres elementos fundamentales: un emisor, un receptor y un canal adecuado de transmisión de la información. Además del olor corporal formado por las diferentes secreciones del organismo, el perro utiliza un segundo canal de trasmisión olfatoria, basado en la emisión y captación de unas sustancias químicas denominadas Feromonas.
Las feromonas son componentes volátiles elaborados en distintos puntos del organismo que se encuentran presentes en los fluidos corporales de todos los mamíferos. Las feromonas son captadas por una especie de segundo olfato especializado en dicha función, denominado Órgano Vomeronasal o de Jacobson.
El Órgano Vomeronasal está situado en la parte anterior del tabique nasal, en conexión con el canal incisivo superior, un pequeño conducto que pone en comunicación la cavidad nasal con la cavidad bucal.
Mediante un elaborado movimiento de la lengua y de los labios, el perro consigue que una parte del aire inspirado pase por el canal incisivo, permitiendo así su entrada en el Órgano Vomeronasal.
Fuentes de feromonas:
•Heces.
•Orina.
•Secreciones vaginales.
•Excreciones prepuciales.
•Glándulas: de la piel, anales y perianales, de la zona alta del dorso, salivares, etc.
La función principal de las feromonas es la identificación individual, identificación entre madres e hijos, del nido, del territorio, rango social, estado de salud, otras especies, sexual o estado reproductor, celo o miedo, entre otros.
Comunicación auditiva
La comunicación auditiva es utilizada por los cánidos en multitud de circunstancias. En condiciones naturales, los mensajes sonoros son especialmente útiles cuando la vegetación es suficientemente densa como para impedir el empleo de otras vías de comunicación.
Formas de comunicación auditiva en el perro:
• Los Ladridos: éstos varían de tono, de frecuencia, de tiempo y a veces hasta son combinados con gruñidos, gemidos o gimoteos. Es decir, no significa lo mismo uno o dos ladridos secos y cortos de tono medio, que un ladrido rápido de tono medio. El primero es el saludo típico de un perro hacia un visitante conocido, a diferencia del ladrido rápido que es la alarma básica, indicando por ejemplo que alguien desconocido ésta a punto de entrar en su territorio.
• Los Gruñidos: igualmente, hay una gran variedad y, por lo general, tienen como propósito mantener alejados a otros animales o personas. Éstos pueden utilizarse como “palabras” completas o para modificar los ladridos, añadiéndoles un grado de amenaza.
• Los Aullidos: generalmente los aullidos son utilizados para reforzar la identidad del grupo, pero también son muy utilizados como un grito de soledad, es decir, cuando separamos a un perro de su grupo o familia y lo aislamos, este aúlla como un intento de atraer a otros de su especie y reforzar su “grupo”. Es una vocalización más típica del lobo, en el perro tan solo se escucha de forma ocasional, mediante la domesticación se ha ido reduciendo la tendencia del perro a aullar.
• Los Gemidos, Chillidos, Gimoteos: son los tonos más agudos que emiten los perros y los que normalmente utilizan los cachorros. Por lo general, son utilizados como llamados de auxilio, pues estos sonidos tienen dos características muy particulares: que se oyen a grandes distancias y que no se sabe exactamente de donde provienen. Así los cachorros llaman la atención de su madre sin revelar el lugar donde se encuentran, evitando así ser atacados por depredadores.
• Los Gritos y Alaridos: este sonido se produce cuando se sufre un dolor tan terrible que se teme por su propia vida.
• Los Jadeos: denotan la necesidad del perro de controlar su temperatura corporal (sed y/o demasiado calor) y también puede significar un estado de excitación o estrés extremo.
• Los Suspiros: pueden significar tanto placer como decepción. Para realmente saber que nos quieren decir deben tomarse en cuenta otros gestos y las circunstancias.
por Jesús Gutiérrez