En la vida de todo animal se atraviesan diferentes etapas. Éstas están destinadas a aprender y vivir diferentes experiencias que ayudan a desenvolverse en la vida con una mejor gestión de las situaciones. En la vida de los perros, una de las etapas más complicadas de sobrellevar por su familia humana es la que va de los cinco a los ocho meses aproximadamente. Esta está destinada a conocer los límites del cuerpo, a probar sin miedo las consecuencias, a saltar, golpear, rodar y desafiar las leyes de la física. A esta edad los perros están muy centrados en el juego cuerpo a cuerpo: cuando ven un perro su único objetivo es llegar a él y jugar. Empiezan a tirar de la correa, no nos escuchan cuando están jugando y les llamamos… esto supone un problema para los propietarios. Por ello vamos a intentar explicar cómo canalizar esta actividad, qué debemos trabajar y en qué situaciones ceder.
- La prioridad y necesidad más grande es aprender a controlar el cuerpo y esto se consigue experimentando, por lo que un perro de esta edad debe poder jugar con otros perros sueltos. Si esta primera etapa no se supera bien, conlleva problemas en el comportamiento social con otros perros, por lo que es muy importante que seamos capaces de ceder el control en pro de que el perro desarrolle, de una manera adecuada, su comportamiento social.
- Una de las mejores maneras de que el juego sea controlado es que se dé en zonas con obstáculos, por ejemplo zonas arboladas. Esto les hace concentrarse y moverse con mayor precisión.
- Es importante que a esta edad se relacionen con perros de diferente edad, sexo y tamaño. Los grupos que cuentan con diversidad en cuanto a perros, facilitan que las cosas se equilibren. Dos cachorros de la misma edad jugando suben mucho la intensidad; ayuda que haya algún perro adulto que sirva de referencia y marque a los cachorros cuando estos se pasen de la ralla.
- La capacidad de concentración es limitada, si queremos que nuestro perro nos haga caso tendremos que buscar un momento en el que no esté muy concentrado en otra cosa para llamarlo. Es recomendable iniciar esta práctica en zonas en las que no haya muchas distracciones.
- Debemos tener en cuenta que solo es una etapa en su crecimiento y que pasará. Subirá de intensidad hasta un punto de inflexión, que será aproximadamente a los seis meses y medio, y después bajará para empezar a centrarse en otros aspectos del desarrollo.
Todas las personas que hemos vivido con perros hemos pasado por esto: nuestro cachorro va creciendo y empieza a cambiar, a hacer el bruto, a ir sin freno… Pero debemos entender que todo esto debe hacerse y que pasa, después ya no se repite. Es un momento para aprender, afinar los sentidos, perfeccionar las habilidades sociales y evolucionar.
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