El golpe de calor es una urgencia médica. La temperatura del cuerpo aumenta mucho y los animales no son capaces de regularla ya que no son suficientes los mecanismos compensadores del animal para que baje su temperatura.
Es un problema grave y puede llegar a desembocar en la muerte por fallo generalizado de todos los órganos y sistemas del cuerpo.
El caso más conocido es el que se produce en los perros encerrados en el interior de un coche. Pero también puede aparecer cuando se introduce a los animales en jaulas con suelo de cemento y no disponen de sombra o cuando están en habitaciones pequeñas y mal ventiladas.
El gato y el perro tienen pocas glándulas sudoríparas, solamente transpiran por las plantas de las patas. Cuando un animal tiene calor utiliza la respiración para perder temperatura y jadea continuamente. Este sistema termorregulador no es tan eficaz como la sudoración, por este motivo la temperatura corporal puede llegar a subir hasta que aparece un fallo en la zona del cerebro que regula la temperatura y a partir de aquí sigue subiendo sin poder controlarla.
¿Cómo reconocer un golpe de calor?
Los síntomas que pueden aparecer son:
• Temperatura muy elevada
• Mucosas rojizas u oscuras
• Respiración acelerada
• Jadeo excesivo
• Pérdida de consciencia
• Tambaleo, convulsiones
• Diarrea sanguinolenta
• Debilidad
• Vómitos.
En general la primera medida que se debe adoptar es enfriar el cuerpo del animal. Lo más importante es reducir la temperatura corporal. Para ello lo sumergiremos o lo empaparemos con agua templada. No se debe emplear agua helada pues provocará una vasoconstricción periférica que dificultará la disipación del calor y por tanto que la temperatura disminuya.
Podemos emplear un ventilador una vez mojado para mejorar la pérdida de temperatura por evaporación.
El golpe de calor es una urgencia por lo que nuestra mascota deberá ser trasladada lo antes posible al veterinario para corregir la temperatura, tratar al animal y vigilar su evolución para evitar secuelas.