Aunque perros y humanos se muevan en el mismo ambiente, se encuentran en diferentes “mundos sensoriales”, en el sentido que la percepción de la realidad es muy diferente entre ellos. Por ejemplo la comunicación verbal en los humanos tiene una importancia fundamental y sustituye en muchos casos la no verbal, hecha de gestos y señales visuales. En los perros, al contrario, los gestos y las señales son la base de la comunicación con la manada, junto con los sonidos y las señales olfatorias. Por esta razón es importante aprender los rituales y señales típicos de los perros para no crear confusión. Con el curso de Educador Canino lo conseguirás.
Comunicación y castigo; representa un punto fundamental en la comunicación y, desgraciadamente, el más controvertido y difícil de aplicar. De hecho a menudo se aplica de forma errata provocando serios problemas de convivencia y llegando a alterar el carácter y el normal comportamiento del animal.
Las características de un castigo bien aplicado son:
- Estímulo de intensidad suficiente, proporcional a la conducta expresada.
- Presentación inmediata o casi inmediata.
- Ausencia de señales de aviso.
- Aplicación continua: cada vez que se produce la conducta, se recibe el castigo.
Si analizamos estos puntos notaremos que en la mayoría de los casos el castigo está mal aplicado y sobre todo de forma inconsistente. Muchos propietarios castigan el animal cuando llegan a casa y se encuentran con alguna “trastada”. Los humanos no podemos levantar la cola o las orejas, ni utilizamos el mismo lenguaje corporal, olfativo y auditivo del perro. Por esta razón él ha aprendido a reconocer otras señales humanas como el tono de la voz y nuestras posturas “ofensivas” para reconocer las situaciones de conflicto con nosotros. Las posturas de “culpabilidad” que muchos propietarios piensan reconocer en su perro, no son nada más que intentos de apaciguarnos. El perro nos está diciendo: “no se que ha pasado, estás enfadado, por favor ¡cálmate!… Si en este momento lo castigamos, no hacemos nada más que confundir al animal. En este caso pensará: “¿por qué no se calma si yo he comunicado mi sumisión?” Si además en este momento lo estamos castigando porque ha orinado en casa, el perro aprenderá a asociar “olor de orina – llegada del propietario – castigo”. Esta situación creará un conflicto interno al perro que por un lado quiere ir a recibir al propietario, pero por otro lado sabe que será castigado y esta situación de no control del ambiente en muchos casos puedes desembocar en problemas de comportamiento. Así el castigo, además de ser inútil, crea un conflicto en el perro que no entiende el porque lo estamos castigando.
Este caso solo representa uno de los muchos que podemos crear inconcientemente a causa de la falta de conocimiento y de gestión de la comunicación con el animal.
Otro caso que frecuentemente observamos los educadores caninos es cuando un animal ha actuado de una forma inapropiada. Muchos propietarios cogen al animal que, por ejemplo acaba de morder al veterinario y le dicen amablemente “No, esto no se hace”. En este caso el animal se quedará satisfecho por el buen trabajo hecho y la recompensa recibida por su amo.
En muchos casos que hemos visto los adiestradores caninos, es el mismo propietario quien refuerza de forma inconsciente comportamientos que quiere eliminar.
Si sientes pasión por los perros, la formación como educador canino de ISED te permitirá una perfecta comunicación con el can mejorando la convivencia y su propio bienestar.
Artículo completo publicado en la revista Perros y Compañía (agosto 2011).