Durante mucho tiempo el gato ha tenido fama de animal desconfiado, arisco, muy independiente, etc. Sin embargo nada más lejos de la realidad; el gato es un compañero mimoso, juguetón y que disfruta de la compañía. Aunque cada uno es diferente, como los perros, las personas…
El problema es que a menudo pasan mucho tiempo solos y tampoco se les dedica tiempo para jugar y hacer ejercicio, algo que hacen ellos gran parte del día cuando viven en libertad. Por todo esto, es muy buena idea que tengan un compañero de su misma especie. Pero hay algunas precauciones que debemos tomar antes de que un nuevo miembro felino llegue a la familia. A través de la formación que te ofrece el curso de Auxiliar de Clínica Veterinaria de ISED, conocerás todas ellas y podrás transmitirlas a los propietarios de gatos tanto si trabajas en la Clínica Veterinaria como en establecimientos del sector. La labor educativa del auxiliar veterinario es esencial para enseñar a los propietarios de animales su correcto cuidado y promover la tenencia responsable:
Precauciones médicas
Existen varios virus que pueden afectar a los gatos de forma más o menos grave y que son contagiosos entre ellos. Entre los más importantes están el virus de la Leucemia Felina, el virus de la Inmunodeficiencia, PIF (Peritonitis Infecciosa Felina), Herpesvirus y Calicivirus. Alguno, como el virus del PIF, son más difíciles de diagnosticar, sobre todo en animales que no presenten síntomas, pero que son portadores. Pero otros, como el de la Leucemia e Inmunodeficiencia, son relativamente sencillos de hacerlo mediante unos test que se realizan al momento en la clínica veterinaria. Que el nuevo miembro de la familia esté sano es esencial antes de unirlos. Visita al veterinario antes de traerlo a casa.
El momento del encuentro
Aunque normalmente en pocos días se conocerán y serán muy amigos, al principio supondrá un estrés para ellos. No conviene soltar al nuevo gato nada más llegar a casa. Una recomendación es dejarlo en el trasportín a cierta altura, en una silla por ejemplo, y dejar que el otro se acerque y le huela, seguidamente debemos acomodar al nuevo gato en una habitación cerrada con su bandeja, comedero… Repetiremos los acercamientos en el trasportín durante dos o tres días para, luego, dejar poco a poco que se junten. Esto es determinante para cómo se llevarán en un futuro.
Esto son solo dos apuntes, quizás los más relevantes, pero no los únicos. Lo importante es destacar que un gato con un compañero adecuado tendrá una vida más feliz y que, una vez tomada la decisión y antes de que exista contacto entre ellos, es conveniente acudir al veterinario para valorar la salud de ambos animales. Recuerda, la primera impresión en ellos también cuenta; haz que se conozcan de forma adecuada y paulatina. El resto es cosa de ellos.