Los fenómenos alérgicos representan un problema creciente en las consultas veterinarias y el auxiliar veterinario debe conocer esta sintomatología para poder dar el soporte necesario a los veterinarios y resolver las primeras dudas de los propietarios de las mascotas cuando llegan a la clínica.
El hecho que esta sintomatología en los animales se repita y tenga carácter similar en todos los casos, hace que el diagnóstico se presente difícil considerando la variabilidad de las causas que la producen.
¿Qué es la alergia?
La alergia representa una reacción exagerada del organismo frente a una entidad externa que reconoce como enemigo. El hecho de ser un desorden individual hace que las sustancias capaces de producir la alergia sean infinitas. A estas sustancias se les llama alérgenos.
Aunque cualquier sustancia pueda ser alérgica, se ha notado que existen algunas que producen reacciones con más frecuencia, así como razas de perro predispuesta a padecer trastornos de tipo alérgico.
Entre las razas de perro más predispuestas a padecer alergia podemos encontrar el:
- Boxer
- Bulldog
- Labrador y Golden Retriever
- Chow Chow
- Setter
- Yorkshire Terrier
- Sharpei
- West Hiland White Terrier
- Dálmata
- Pastor Alemán
La alergia no puede ser curada. Lo que podemos hacer es intentar tratar el animal para reducir la sintomatología y mejorar su calidad de vida. El tratamiento no es único si no que se adaptará a cada caso a través de la utilización de asociaciones de medidas higiénicas y fármacos diferentes.
Tipos de alergia
Las alergias que se presentan con más frecuencia se pueden clasificar en:
- Atopias (partículas del ambiente como polen, ácaros, hongos).
- Alergias por picadura de pulga o DAPP (sustancias alérgicas contenidas en la saliva de la pulga).
- Alergia alimentaria.
La atopia es una alergia que se desarrolla sobre todo en primavera y en general con las temperaturas más suaves. Esto se relaciona con la mayor posibilidad de producción de polen por las plantas y la mayor presencia de ácaros en el ambiente.
Las pulgas también pueden desencadenar una alergia: el punto fundamental es que no necesita una infestación masiva del animal, si no que una sola picadura puede estimular la reacción del paciente
Las alergias alimentarias pueden presentarse como intolerancias generalizadas, pero a menudo provocan síntomas cutáneos que pueden presentarse con el mismo aspecto que las reacciones alérgicas de atopia o picadura de pulga.
Síntomas
Las alergias suelen presentarse en animales jóvenes de 1 a 3 años de edad, aunque podemos reconocer casos en cachorros de menos de 8 meses y en adultos de más de 5 años.
El denominador común de las tres enfermedades es representado por el prurito. El prurito es una sensación que induce al animal a rascarse. Un cierto grado de prurito es normal en los animales, pero se transforma en patológico cuando es frecuente, interrumpe alguna actividad del animal y tiene una fuerte intensidad. La intensidad del prurito no puede ser medida, pero podemos evaluar sus consecuencias como la sintomatología y las lesiones que el animal puede procurarse.
Una característica importante del prurito es el umbral pruriginoso. Este sería la intensidad de prurito a partir de la cual el animal empieza a rascarse. Este concepto resulta muy importante a la hora de tratar a un animal: debemos recordar que nos enfrontamos a patologías crónicas y, como no podemos curarlas, debemos llevar al paciente a una convivencia con ellas que implica que el prurito mantenga un umbral aceptable por la vida del paciente.
El animal se rasca y puede provocarse lesiones que a menudo se complican con bacterias secundarias que causarán un mal olor de la piel del animal.
Más frecuentemente las lesiones se localizan en abdomen, axilas, orejas y patas. El animal se rasca y se muerde causando también la caída del pelo. Después de un tiempo la piel puede quedar más espesa y cambiar de color. Son frecuentes las otitis recidivantes.
Factores que influyen en la manifestación del prurito
Debemos considerar que a veces una única causa no es suficiente a desencadenar el prurito, si no que un prurito aceptable por el animal puede superar el umbral a causa de otros factores que, si controlamos eficazmente, pueden hacer que el animal mejore sensiblemente su sintomatología.
Estos factores son:
- Factores individuales: cada individuo reacciona de forma diferente frente a la sensación de prurito. Hay sujetos más sensibles que empezarán a rascarse de forma muy violenta y otros que mostrarán manifestaciones menos aparatosas.
- Cantidad de alérgeno: si, en el caso de la atopia, el animal se encuentra en un ambiente en el cual el alérgeno es muy presente su reacción será más intensa. Lo mismo en presencia de infestación de pulgas o factores que provocan intolerancias alimentarias.
- Tipo de exposición: la exposición puede ser continua, intermitente o presentarse en una época del año en concreto. La sintomatología podrá depender también de esta variable.
- Temperatura: se ha notado que con el calor aumenta la sintomatología pruriginosa, mientras que el frío la alivia.
- Estrés: se piensa que pueda ser un factor desencadenante o adicional.
- Alteración de la normal homeostasis de la piel: si el equilibrio normal de la piel se altera, por deshidratación, alteración del metabolismo o procesos inflamatorios, el prurito aumenta.
- Infecciones secundarias: cuando el animal se rasca, se provoca lesiones que pueden infectarse con gérmenes secundarios que a su vez incrementan el prurito instaurando un círculo vicioso.
- Coexistencia de más de una alergia: sería más correcto hablar de sujeto alérgico y no de alergia, puesto que el desorden que deriva es causado por una alteración de la respuesta individual y no de una enfermedad. En estos individuos se ha observado que pueden estar presentes diferentes alergias contemporáneamente, por ejemplo es posible que sujetos atópicos presenten DAPP o reacciones adversas a algunos alimentos.