¿Tu perro o tu gato está triste y menos activo de lo normal? ¿Ya no responde a estímulos como lo hacía antes y apenas tiene apetito? Estos signos pueden ser debidos a una dolencia, aunque también cabe la posibilidad de que tu mascota esté deprimida.
¿Cómo se manifiesta la depresión en perros y gatos?
Los cambios de residencia, la muerte de otra mascota o de un miembro del hogar, los malos tratos y el abandono son algunas de las causas por las que una mascota puede sufrir una depresión.
Puede haber algunas diferencias entre la depresión de perros y gatos, pero algunas de las señales más evidentes que acompañan a un episodio de depresión de ambas especies son pérdida de apetito, expresión facial triste, inactividad y apatía, más horas de sueño de lo habitual y un comportamiento extraño como, por ejemplo, la tendencia a esconderse en lugares poco accesibles.
¿Pueden variar las causas de depresión entre perros y gatos?
Las causas de depresión entre perros y gatos pueden variar en algunos aspectos. Por ejemplo, los gatos son más sensibles a las mudanzas o los cambios de residencia en periodo de vacaciones, puesto que son animales muy apegados a su territorio y, por lo general, se estresan y se entristecen cuando abandonan su ambiente y su rutina. Por tanto, es más recomendable dejar a un gato en el hogar habitual durante los cambios de residencia vacacionales, siempre y cuando alguien de confianza pueda pasarse cada dos o tres días para suministrarle agua y alimentos.
Los perros, por su parte, se adaptan mejor a nuevos entornos y soportan peor la ausencia de sus dueños. Ahora bien, si nos acompañan durante nuestras vacaciones, es importante dejarlos en soledad durante unas horas cada día. De ese modo, evitaremos que el perro se acostumbre a estar siempre con nosotros, y luego sufra el resto del año cuando se encuentre en soledad bastantes horas del día debido a nuestras obligaciones laborales.
Consejos y recomendaciones para evitar la depresión de nuestras mascotas
Queda claro que las mascotas tienen necesidades psicológicas y físicas que satisfacer para desenvolverse con alegría y bienestar. Tanto para los perros como para los gatos, el agua, el alimento, el cobijo, la salud física y la actividad son muy importantes, aunque también el cariño, la confianza, la seguridad, el descanso y las relaciones con otros animales y con los humanos.
Teniendo estas necesidades cubiertas, nuestras queridas mascotas disfrutarán de una calidad de vida óptima, evitando así los desequilibrios emocionales, el estrés, la ansiedad y la depresión.
También conviene recordar que los animales domésticos se sienten mejor cuando saben que se respetan sus rutinas cotidianas de un día para otro. Es decir, debemos de mantener el mismo horario de comida, tiempo de juego, ejercicio, paseos, descanso y demás hábitos.
En definitiva, aunque los perros y gatos no hablan, sí que muestran sus emociones a través de diferentes expresiones, del lenguaje corporal y de su comportamiento. Es por ello que no es complicado advertir si nuestras mascotas están excesivamente tristes si prestamos un poco de atención a algunos detalles.
Si quieres convertirte en profesional del adiestramiento canino, solicita sin compromiso información sobre nuestro curso de Adiestrador Canino. ¿A qué esperas? ¡Pon rumbo a tus sueños!