La anestesia no es otra cosa que dormir al animal, mediante el uso de fármacos, antes de una exploración u operación. Su combinación con analgésicos es esencial para evitar que el animal experimente algún dolor o note lo que sucede durante la intervención.
Analgésicos
Los analgésicos son fármacos que ayudan a reducir o eliminar el dolor, sin causar pérdida de consciencia.
De forma usual, trabajan de la mano con la anestesia, pues antes de sedar al animal se le administran analgésicos y tranquilizantes, para minimizar el estrés y conseguir una anestesia más estable, incluso, reducir la cantidad de la misma, beneficiando a la mascota.
Anestésicos
Los anestésicos son medicamentos que se utilizan para causar la pérdida de sensibilidad o conciencia de un animal, antes de una operación o exploración.
Los veterinarios los utilizan cuando es necesario realizar un procedimiento doloroso de tipo quirúrgico o dental, así como en casos de pruebas que requieren la inmovilidad del paciente: tomografías computadas, endoscopias y resonancias magnéticas.
También son usados por los médicos veterinarios, en casos de eutanasia, previa autorización del tutor, cuando la mascota está sufriendo, debido a una enfermedad o herida incurable y se han agotado todos los recursos de tratamiento.
¿Qué analgésicos se usan en la veterinaria?
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Son los más empleados en veterinaria porque poseen pocos efectos adversos. Sirven para tratar dolor agudo, ante un trauma o lesión: aspirina, ibuprofeno, ketoprofeno, meloxicam, carprofeno, etc.
- Analgésicos narcóticos opiáceos. Poseen compuestos derivados del opio, son altamente adictivos y crean dependencia, por lo que su prescripción debe provenir de un experto. Se utilizan en pacientes con trauma agudo e intervenciones quirúrgicas. El fármaco más reconocido de esta familia es la morfina.
- Analgésicos no opioides no AINE. Su uso es común en casos de dolor crónico que amerita tratamiento a largo plazo. Algunos ejemplos de este grupo son antidepresivos, imipramina o gabapentina.
Antes de la anestesia, ¿qué debo tener en cuenta?
El uso de la anestesia siempre se traduce en un riesgo para el paciente y, es mayor el peligro en veterinaria que en anestesiología humana. Por ello, es imprescindible realizar una evaluación del paciente antes de la anestesia y establecer el tipo de protocolo anestésico que le brindará mejor resultado.
La evaluación preanestésica debe contener:
- Historia clínica. Debe especificar: especie, raza, edad, peso, sexo, enfermedades, tratamientos habituales, vacunas y desparasitación.
- Anamnesis. Información que recaba el especialista, mediante interrogatorio al cuidador del animal, especialmente sobre historia clínica, hábitos de vida y antecedentes familiares.
- Exploración física. Es la auscultación del cuerpo completo del animal.
- Analítica sanguínea. Usualmente incluye hemograma completo y bioquímica sanguínea.
- Exámenes complementarios: ecografía, ecocardiografía, rayos X, entre otros.
Con esos datos, se clasifica al paciente en uno de los grupos de riesgo, establecidos por la Sociedad Americana de Anestesiología (ASA):
Durante la anestesia, ¿qué anestésicos y analgésicos elijo para la inducción y mantenimiento?
En la fase de inducción anestésica se administran los fármacos sedantes al animal. Al inicio, se utilizan fármacos inductores intravenosos que pueden combinarse con sedantes o tranquilizantes anestésicos, como: propofol, tiopental sódico, alfaxalona y etomidato. Luego de alcanzar la inconsciencia, se realiza la intubación, para administrar la anestesia inhalada y oxígeno.
La fase de mantenimiento anestésico se basa en conservar estable el plano anestésico. Los medicamentos se suministran, mayormente, con agentes inhalatorios, en función del procedimiento a realizar, con el objeto de mantener al animal en el nivel de anestesia deseado. Los fármacos más usados son:
- Inhalados: isoflurano y sevoflurano.
- Intravenosos: alfaxalona y propofol en infusión continua o bolos.
- Intramusculares: ketamina combinada con opioide.
Después de la anestesia, ¿cómo planificar la analgesia posoperatoria?
El control del dolor en la fase posoperatoria es muy importante, especialmente, en las primeras horas. Se debe adaptar la posología y las estrategias a la situación del paciente, al tipo de cirugía y al dolor que produce.
Cuando un animal tiene dolor se incrementa la presión arterial y las frecuencias cardiaca y respiratoria. Al presentarse estas señales, es necesario verificar el plano anestésico, pues el animal puede estar adolorido, pese a encontrarse en buen plano anestésico, o por estar despertando. La actuación dependerá del caso.
Complicaciones anestésicas perioperatorias, ¿cómo las prevengo o trato?
Bradicardia.
Se puede revertir con atipamezol, pero requiere aumentar el plano anestésico, porque el animal podría despertar.
Taquicardia.
Se debe valorar el plano anestésico. Si está en plano superficial, profundizar. Si está en buen plano, pero hay presión arterial alta y respiración acelerada, se debe administrar analgesia, pues lo más probable es que tenga dolor.
Apnea.
Si el plano anestésico es muy profundo, se deben reducir o revertir los medicamentos causantes de la misma. Realizar ventilación asistida, hasta que el animal respire nuevamente, de forma espontánea.
Hipotensión.
Primero, se verifica el plano anestésico y, de ser necesario, se reduce, añadiendo analgesia multimodal. Si persiste la condición, se debe incrementar la fluidoterapia.
Hipotermia.
El mejor tratamiento es la prevención. El animal no debe dejarse sobre superficies frías. Si se presenta hipotermia grave, administrar enemas de agua caliente, calentar con secador de mano, etc.
El personal de Enfermería Veterinaria cumple un importante rol en los preparativos médicos para las cirugías y la atención posoperatoria. ¡Fórmate profesionalmente en el área y cumple tu sueño de trabajar por y para los animales!