La correcta gestión de la seguridad en establecimientos con fines culturales y de entretenimiento es de vital importancia en nuestra sociedad.
Por un lado, la protección del patrimonio contra daños, robos y actos vandálicos es de interés general. Por otro lado, y no menos importante, el alto número de personas que pueden llegar a concentrarse en los establecimientos turísticos, en especial durante los periodos vacacionales, hace imprescindible extremar las medidas de seguridad a fin de evitar daños personales si se diese una situación de peligro.
La diversificación de las medidas de seguridad
La planificación del sistema de seguridad en establecimientos turísticos debe tender a diversificar los mecanismos de detección y la cobertura de zonas, objetos y vías de acceso. Así, un error en un canal de vigilancia podría subsanarse a través de otro, algo que un director de seguridad debe tener en cuenta. Los mecanismos de guarda de la seguridad comunes a cualquier establecimiento de interés turístico incluyen elementos pasivos, como la videovigilancia, y activos, el personal especializado.
El sistema de videovigilancia permite un control discreto y continuo de las diversas zonas. Esta tecnología posibilita además la coordinación del control de las instalaciones desde un único puesto. Por supuesto, la visibilidad de las cámaras resulta un elemento preventivo contra robo y vandalismo, cuya función disuasoria se mantiene incluso en caso de que haya alto número de personas.
El personal de seguridad cumple una doble función: preventiva y resolutiva. El análisis de las zonas más vulnerables y la previsión de afluencia turística es importante a la hora de plantear el reparto del personal especializado en seguridad.
En lo que se refiere a la seguridad de las personas, no se debe olvidar la revisión periódica de la protección contra incendios, así como del correcto estado de las vías emergencia, y la actualización de los planes de evacuación. El personal de seguridad presente en el recinto será la referencia a la hora de evitar robos y agresiones a las personas, si bien es importante informar al público de qué medidas puede tomar para minimizar el riesgo.
Seguridad en el museo
El ámbito de la seguridad museística presenta unas características especiales derivadas principalmente del altísimo valor, tanto económico como representativo, de las obras de arte y otros elementos expuestos. La planificación de la seguridad en museos ha de contar con el consejo de conservadores especializados. Por ejemplo, un cuadro que pueda sufrir daños por el simple contacto de la piel habrá de tener una protección que prevenga esa situación, la cuál puede ser irrelevante en otra pieza del museo. El control del número de personas que acceden a una zona puede llegar a ser la única opción en casos de alta afluencia.
Para el cuidado de instalaciones y objetos de valor, resulta útil el registro, inventariado y comprobación periódica de presencia y estado. Asimismo, debe comprobarse el correcto funcionamiento de los sistemas de protección de piezas individuales, cuando los haya, y también un análisis previo de vulnerabilidad.
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