El nervio peroneo se encuentra en la parte externa del inferior de la rodilla y es una ramificación del nervio ciático. Tiene la función de proporcionar sensibilidad y movimiento a la parte baja de la pierna, el pie y los dedos de los pies.
Cuando el nervio peroneo resulta afectado, los músculos suelen debilitarse y generar una condición denominada pie caído que consiste en la incapacidad para mover la parte delantera del pie hacia la espinilla, movimiento que recibe el nombre de dorsiflexión y es importante para caminar de forma correcta y mantener el equilibrio.
La rehabilitación del nervio peroneo ayuda a revertir esta condición, entrenando al cerebro y al sistema nervioso para controlar nuevamente el pie.
¿Qué es la compresión del nervio peroneo superficial?
La compresión del nervio peroneo superficial es el conjunto de síntomas que se presenta ante el daño de este nervio, por presión, por ejemplo, la que se ejerce al cruzar las piernas con frecuencia. Esta opresión dificulta la función del nervio de controlar los músculos que intervienen para levantar el pie.
Uno de sus síntomas característicos es la debilidad de dorsiflexión del pie (condición de pie caído), en la que los dedos se arrastran por el suelo al caminar, además se puede presentar dolor o sensación de ardor en la pantorrilla y el dorso del pie.
Causas que producen debilidad del nervio peroneo
La ubicación cercana del nervio peroneo a la articulación de la rodilla incrementa el riesgo de que se lesione.
Las causas más comunes y de menor gravedad de daño al nervio peroneo son por presión externa, debido a factores como:
- Cruzar una pierna sobre la otra de forma frecuente.
- Usar férula fija, de forma apretada, en la parte inferior de la pierna.
- Utilizar botas altas con regularidad.
- Tensión en la rodilla por posiciones en el sueño profundo o durante un coma.
- Lesión en el curso de cirugía de la rodilla.
Las formas más graves de lesión y/o parálisis del nervio peroneo suelen ser causadas por alto impacto, como: traumatismo o lesión a la rodilla, fractura del peroné o lesión directa: laceración o corte.
El daño al nervio peroneo también puede tener su origen en trastornos musculares o neurológicos, como distrofia muscular, poliomielitis o la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth o en trastornos cerebrales y de la médula espinal, como accidente cerebrovascular o esclerosis múltiple.
Conocer la causa del pie caído es esencial para la recuperación, pues el tratamiento debe adaptarse al origen de la condición.
Tratamiento y rehabilitación
Existen diversos tratamientos para restablecer la función del nervio peroneo, entre ellos están:
- Ejercicios para pie caído. Se enfocan en efectuar movimientos que involucran la dorsiflexión. Es una manera segura y no invasiva de mejorar esta condición.
- Ejercicio pasivo. Se trata de ayudar al pie a realizar los movimientos. Mejora el flujo sanguíneo, previene daños mayores y activa la capacidad del cerebro para recuperarse (neuroplasticidad)
- Estimulación eléctrica funcional. Se basa en la aplicación de corrientes eléctricas a los nervios y músculos, a través de la piel.
- Férulas de pie y tobillo. Brindan soporte al pie para que no se arrastre, mejorando su seguridad. Su uso debe estar acompañado de ejercicio constante, para evitar la dependencia al dispositivo y estimular la recuperación.
- Cirugía. Puede ayudar a liberar la presión del nervio y restaurar la dorsiflexión. Es invasiva, por lo que se recomienda agotar la rehabilitación, antes de considerarla.
- Transferencias nerviosas. Es una cirugía que consiste en tomar nervios de otras partes del cuerpo y transferirlos a la zona afectada para mejorar la dorsiflexión.
Ejercicios en casa
Al realizar ejercicios para el pie caído en casa, es importante considerar el grado de dificultad para moverlo. Las personas con movilidad reducida, deben iniciar con ejercicios pasivos y, posteriormente, efectuar los ejercicios activos que implican mayor desafío.
Ejercicios pasivos:
- Dorsiflexión de tobillo. Cruzar la pierna afectada sobre la otra y realizar la dorsiflexión de tobillo. Utilizar la mano no afectada para mover el pie hacia la rodilla y después hacia abajo. Repetir 10 veces.
- Aducción / abducción de tobillo. Cruzar la pierna afectada sobre la otra, a la altura de la rodilla. Con la mano no afectada, mover el pie hacia arriba y hacia abajo (ejercicio pasivo). Repetir 10 veces. También se puede realizar sin ayuda (ejercicio activo).
- Elevaciones asistidas de los dedos del pie. Colocar el pie no afectado debajo del afectado. Luego, utilice el pie no afectado para ayudar a elevar el pie caído, mientras conserva el talón en el suelo. Después suelte. Repita 10 veces. Una vez que pueda efectuar el ejercicio sin ayuda, practique el movimiento activo para un desafío adicional.
Ejercicios activos:
- Elevaciones de talón. Iniciar con los pies apoyados en el piso. Luego, apoye únicamente los dedos y eleve los talones del suelo. Repita 10 veces.
- Eversión de tobillo. Apoyar su pie afectado en el suelo. Luego, levante el borde exterior del pie y los dedos y, posteriormente, relaje hacia abajo. Repetir 10 veces.
¿Cuánto tiempo tarda la recuperación del nervio peroneo?
Algunos estudios realizados por la Universidad de Washington señalan que es posible notar pequeños signos de recuperación del pie caído, luego de 3 a 6 meses de la cirugía y, en la mayoría de los casos, la restitución del movimiento tarda de 6 a 12 meses.
En caso de que el paciente opte por el tratamiento del pie caído sin cirugía, no se sabe el tiempo exacto de recuperación, sin embargo, mientras más se practiquen los ejercicios, más rápido llegarán los resultados.
La recuperación del pie caído es un proceso largo y, en ocasiones, puede incrementar el riesgo de tropiezos y caídas, por lo que, además, de la rehabilitación, es importante mantenerse seguro, durante este tiempo. Deshacerse de las alfombras, mantener el piso limpio y despejado e instalar barras de apoyo en la ducha son recomendaciones de seguridad en casa, para moverse, con confianza y volver, cuanto antes, a levantar el pie y marchar con normalidad.
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