Las quemaduras son accidentes muy frecuentes en los niños, estos suelen ocurrir por la curiosidad de los pequeños sumado a un solo momento de descuido –puede ser incluso cuestión de segundos-. Lo más importante ante una emergencia com esta, es saber cómo actuar para poder atender el inconveniente de forma rápida y apropiada, evitando así un problema mayor.
Las quemaduras en niños suelen ocurrir en la cocina, cuando se están preparando las comidas. Sin embargo, también puede producirse en el baño por el agua caliente, calefactores o difusores de aire o por otros motivos. Las quemaduras más comunes son:
- Térmicas: son aquellas en donde la temperatura de la piel y los tejidos se ven aumentadas. Ocurren por vapor, agua caliente o hirviendo, líquidos en cocción, aceite caliente, alimentos que queman, etc.
- Químicas: suceden debido al derrame o ingesta accidental de ácidos fuertes o productos químicos como la lejía.
- Eléctricas: son un tipo de quema ocasionada por un contacto directo con una fuente de energía eléctrica. En niños suelen suceder porque estos muerden algún cable o meten sus dedos en un enchufe.
- Por radiación: son quemadas por una exposición a los rayos ultravioletas del sol o por radiaciones.
Las quemaduras pueden ser de primer grado o superficiales, quemaduras de segundo grado o de espesor parcial y quemaduras de tercer grado o de espesor total. Sin importar la gravedad de la quemadura estas deben tratarse de forma inmediata. En el caso de los niños se aconseja estar muy pendientes de ellos después de producirse la quemada para observar si hay algún tipo de consecuencia grave.
¿Qué debo hacer si mi hijo sufre una quemadura?
- Mantener la calma: aunque es una situación que genera nervios y miedo, se debe de conservar la calma para poder tomar las medidas con efectividad y rapidez. Lo primero que debes hacer es apartar al niño de la fuente de calor, pero si se trata de una fuente de electricidad asegúrate que no siga en contacto con ella o puedes recibir tú también una descarga eléctrica.
- Enfría la zona quemada: En casos de quemaduras menores o superficiales se debe poner el área afectada bajo un grifo de agua a temperatura ambiente durante unos 5 minutos. En otros tipos de quemaduras también se recomienda enfriar el área lastimada, como mínimo unos 15 minutos.
- En quemaduras de segundo y tercer grado mientras llega el personal médico mantén el niño acostado y si es posible con la zona afectada en alto. Trata de calmar a tu hijo y evita que se toque la herida.
- Quítale al niño la ropa caliente y accesorios al menos que estén pegados a la piel: es importante retirar la ropa caliente para poder atender mejor la herida, sin embargo, si la tela se encuentra pegada a la piel no hay que retirarla.
- Alivia el dolor con un analgésico: dale a tu hijo un fármaco analgésico como el ibuprofeno o paracetamol para disminuir la dolencia y molestia. Si la quemadura es superficial se puede aplicar un gel de aloe vera en la zona lastimada.
- Protege la zona quemada: para evitar infecciones o que se lastime más cubre el área herida con una gasa o vendaje estéril.
- Ve al médico: debes ir a urgencias si la quemadura es profunda (sin importar dónde), muy grande o si la zona afectada es el rostro, manos, pies o genitales. También es necesario buscar ayuda médica de inmediato cuando la quemadura fue producida por productos químicos, fuego, un cable eléctrico o enchufe. Además, si la herida parece estar infectada la debe evaluar un profesional sanitario.
Y más importante aún… ¿Qué no debo hacer cuando mi hijo se queme?
- No entres en pánico ni te desesperes.
- No uses hielo para enfriar una quemada.
- No uses remedios caseros, no apliques pasta de diente, mantequillas, talcos ni ningún tipo de crema o producto que no sea un fármaco prescrito para tratar quemaduras.
- No rompas ni toques las ampollas.
- No frotes la quemadura, de hecho, evita tocar directamente el área afectada.
- No desestimes las quemaduras eléctricas o químicas si no hay lesiones externas, en ocasiones el daño que producen no es visible, pero sí significativo y grave.
- Si notas que la quemadura no es leve no esperes para buscar ayuda.
¿Cómo podemos prevenir que nuestros hijos se quemen?
Podemos tomar algunas medidas para prevenir lo máximo posible que nuestros hijos se quemen, entre ellas:
- Explícale al niño que objetos o lugares son peligrosos y el porqué de esto.
- Mantén fuera del alcance de tu hijo todo tipo de productos químicos, encendedores, velas, fósforos, etc.
- Instala protectores y tapas de seguridad en los tomacorrientes.
- Cuida el lugar donde dejes las planchas de ropa o de cabello y cualquier aparato que genere calor.
- Instala sistemas contra incendios.
- Evita fumar dentro de la casa o encender velas.
- No uses electrodomésticos defectuosos o con cables viejos ya que tienden a fallar y causar averías eléctricas.
- No dejes que niños pequeños entren a la cocina sin supervisión e incluso bajo tu cuidado evita que pueda haber un derrame de alguna sustancia muy caliente como líquidos, aceites o alimentos.
- Coloca siempre los mangos de las ollas y sartenes fuera del alcance de los niños.
- Usa los quemadores traseros de la estufa siempre que sean posible y no dejes nada desentendido encima de ella cuando esté encendida.
- Cuidado con los artefactos eléctricos en el baño.
- No pongas en el borde de la mesa o de los mostradores bebidas o alimentos muy calientes y evita usar manteles o individuales muy largos para que los niños no puedan tirar de ellos.
- Limpia la chimenea con regularidad y asegura que siempre tenga su pantalla protectora.
- Cuidado con el uso de los calentadores.
- No permitas que tu hijo juegue con fuegos artificiales.
- Enséñale a tu niño cómo actuar ante un incendio.
Debes tener presente que los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y no se puede proteger las 24 horas del día a nuestros hijos. Sin embargo, con las recomendaciones que te indicamos podrás evitar que ocurran muchas situaciones peligrosas y sabrás cómo actuar ante ellas.
Si quieres convertirte en profesional de la Pediatría, solicita información sin compromiso sobre nuestro curso de Auxiliar de Pediatría ¿A qué esperas? ¡Pon rumbo a tus sueños!