Muchas personas en la actualidad presentan distintos tipos de patología que resultan dolorosas, siendo el dolor recurrente y sostenido en el tiempo, una causa común de consulta a los médicos. Una patología con estas características es la fibromialgia.
Pero, ¿qué es la fibromialgia? Es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de un dolor muscular, en los tejidos y pulmones y sensibilidad muscular generalizada y crónica, cuyo origen es desconocido acompañada de otra sintomatología como fatiga. Esta enfermedad tiene mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres. La fibromialgia no posee un tratamiento curativo definitivo, sin embargo, el paciente puede tomar ciertas medidas para mejorar su calidad de vida. Además de definir ¿qué es la fibromialgia?, a continuación, se detallan los síntomas, diagnóstico y tratamiento de la misma.
Síntomas
Por lo general, las personas que tienen fibromialgia presentan sensibilidad y dolor muscular. Sin embargo, las personas presentan otros síntomas como:
- Dolor en los músculos, abdomen, cuello y espalda
- Rigidez
- Inflamación en manos y pies
- Fatiga o cansancio
- Espasmos musculares
- Ansiedad
- Nerviosismo
- Inestabilidad emocional
- Olvido
- Dificultad para concentrarse
- Hormigueo
- Sensación de frío en las manos
- Trastornos del sueño
- Depresión
- Dolor de cabeza o migraña
- Irritabilidad
- Sensibilidad al frío
- En el caso de las mujeres, menstruación dolorosa
- Sensación de quemazón
- Estreñimiento, gases o náuseas
- Poca tolerancia al esfuerzo
- Colon irritable
- Sequedad en la boca
- Sequedad en los ojos
- Vejiga irritable
- Trastorno temporomandibular (dolor en el rostro y en la mandíbula).
El dolor de la fibromialgia varía dependiendo de factores como el nivel de estrés que la persona posea, la hora del día, la cantidad de actividad, los cambios en el clima o el estado del tiempo, entre otros.
Causas
La fibromialgia no tiene una causa conocida. A pesar de ello, si existen factores relacionados con la misma. Hay quienes simplemente comienzan a presentar síntomas de la enfermedad, pero, por otro lado, se presenta después de una infección por bacterias o virus, un accidente automovilístico, o luego de la existencia de una enfermedad como artritis reumatoide o lupus eritematoso.
Los factores mencionados en el párrafo anterior, no causan la fibromialgia, pero sí pueden desencadenarla o despertarla en una persona que presente la anomalía en su regulación de la respuesta a ciertos estímulos.
Otros factores desencadenantes de la fibromialgia son: accidentes de tránsito, lesiones frecuentes e infecciones virales. Tener familiares con fibromialgia también es un desencadenante.
Diagnóstico
Los pacientes con fibromialgia sienten que “les duele todo”, por ello, acuden al médico. El especialista capacitado para diagnosticar esta enfermedad es el reumatólogo, quien logra identificar esta patología porque la persona presenta determinados síntomas. Estos pacientes presentan un cuadro de dolor generalizado de al menos seis meses de evolución, asociados a algunos de los síntomas, que ya fueron descritos con anterioridad.
Durante la exploración física, el profesional de la salud presiona unos puntos determinados del cuerpo e identifica dolor. Los puntos señalados son 18 y cuando la persona presenta al menos 11 de esos puntos dolorosos, entonces se considera como fibromialgia. También la piel suele enrojecerse al presionarla con la mano. Los 18 puntos mencionados, son los siguientes:
- Occipucio
- Cervical inferior
- Trapecio
- Supraespinoso
- Segunda Costilla
- Epicóndilo
- Glúteo
- Trocánter mayor
- Rodilla
El médico también puede indicar la realización de exámenes o radiografías para descartar la presencia de otras enfermedades que se puedan asociar con la fibromialgia.
Tratamiento
Los pacientes con fibromialgia muchas veces padecen un dolor que resulta incapacitante y que les afecta a nivel psicológico, social y biológico. Por esta razón, el abordaje terapéutico de esta enfermedad debe ser multidisciplinario, basado en farmacoterapia, intervención psicológica y ejercicio físico, por lo que, los profesionales de diversas áreas de la salud intervienen en el mismo.
Dentro de la terapia farmacológica existen: antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos simples, opiáceos y terapias de apoyo como antidepresivos. Esteroides y anestésicos locales, también se encuentran en este grupo.
Dentro del tratamiento no farmacológico se encuentran: la realización de ejercicio físico, en disciplinas como la natación, entre otros.
También pueden ser indicados exámenes médicos como la electromiografía.
Dentro de las terapias psicológicas se encuentran los programas de modificación del comportamiento, la terapia cognitivo-conductual, terapia conversacional, entre otros.
También, se deben eliminar factores externos como frío, humedad, sobrecargas, situaciones de estrés entre otros. Con respecto a los niveles de estrés, es muy importante que estos pacientes aprendan a tomar las cosas con calma y a tener tiempo suficiente para descansar.
Otros tratamientos seguidos y recomendados son la aplicación de acupuntura y la infiltración de puntos dolorosos, masajes terapéuticos y quiropraxia.
Debido a las características de la enfermedad la fibromialgia repercute directamente sobre la calidad de vida del paciente, sin embargo, es una enfermedad que por sí misma no causa la muerte, ni ataques cardíacos, cáncer, derrames cerebrales u otras condiciones médicamente graves.
El tratamiento y los cuidados adecuados llevados a cabo diariamente, permiten disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente. Los pacientes con fibromialgia pueden tomar en cuenta los siguientes consejos:
- Tomarse tiempo para relajarse diariamente, realizando ejercicios de respiración, meditación y relajación profunda.
- Establecer horarios regulares para dormir. Acostarse y levantarse todos los días en el mismo horario.
- Hacer ejercicios con frecuencia.
- Pensar en lo que debe hacer para mejorar.
Entre los ejercicios recomendados se encuentran: subir las escaleras, nadar, estiramientos y ejercicios aeróbicos en general. Los mismos deben ser realizados de forma paulatina, primero durante poco tiempo y en pocas repeticiones y, posteriormente irlas aumentando.
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