Tradicionalmente el grado de satisfacción del paciente con el personal sanitario que lo atiende se medía por el resultado final del paciente, es decir, si el enfermo había superado su problema de salud.
En la comunicación del personal sanitario, éste valoraba la cantidad y calidad de la información que recibía del paciente sobre su problema de salud, dando una menor consideración a las expectativas del paciente.
En la actualidad, el enfoque de la sociedad hacia los consumidores, ha provocado cambios en la relación entre el paciente y sus cuidadores. La satisfacción de un paciente no únicamente se mide por la efectividad del tratamiento y, en consecuencia, su sensación de bienestar físico o psíquico, sino también por el grado de satisfacción del trato recibido.
Una mayor comunicación entre el personal sanitario y sus pacientes permitirá al personal sanitario una mayor cantidad y calidad de la información médica recibida.
Los procesos asistenciales han cambiado, teniéndose mucho más en cuenta las expectativas del paciente y potenciando su participación en la atención sanitaria.
En la actualidad, los centros sanitarios ponen en funcionamiento el concepto de “cuidados centrados en el paciente”, que reconoce el papel activo de los pacientes en la toma de decisiones sobre su salud. Los consentimientos informados, los derechos y deberes del paciente o las unidades de información al paciente son algunos de los medios empleados para una mayor participación del paciente en su proceso asistencial.