La obesidad es una enfermedad crónica que se define como un exceso de grasa en el organismo y no como un exceso de peso. Las personas con problemas de obesidad tienen una alta proporción de grasa en su cuerpo y el objetivo principal del tratamiento es el de disminuir esa grasa corporal.
Los datos de obesidad y sobrepeso en nuestro país son alarmantes. En la población adulta se estima que casi el 50% presentan problemas de sobrepeso u obesidad y las causas principales del incremento de estas patologías son: desequilibrio en la alimentación y sedentarismo. Aunque existen otras causas que también pueden condicionar un incremento en los problemas de sobrepeso como la genética, los estados de ansiedad y estrés, factores medio-ambientales, etc.
Los malos hábitos de alimentación tales como el exceso de ingesta de carnes, lácteos, salsas, fast-food, refrescos, dulces y bollerías, etc. y la falta de ingesta de alimentos como la verdura, fruta, legumbres, cereales integrales y pescado condicionan una alimentación con exceso de calorías y de grasa pero con déficits nutricionales de vitaminas, minerales y fibra. Esto puede provocar la aparición del sobrepeso o la obesidad, el incremento de niveles de colesterol y glucosa en sangre, hipertensión arterial, etc. También la falta de actividad física diaria (caminar, subir escaleras, tareas de la casa, etc.) y la falta de ejercicio físico (caminar rápido, nadar, correr, gimnasia, etc.) que padece nuestra población condiciona este incremento de problemas de exceso de peso y grasa corporal, ya que el organismo quema menos calorías y, por lo tanto, tiende a acumular el exceso de energía en forma de grasa en el organismo.
El tratamiento principal de los pacientes con problemas de obesidad o sobrepeso debe ser la realización de una dieta baja en calorías pero equilibrada en nutrientes (rica en vitamina, minerales y fibra), el incremento de su actividad física diaria (que eviten coger el ascensor y suban las escaleras, que se desplacen más a los sitios caminando y no con el coche, etc.) y la práctica 3-4 días a la semana de unos 30-60 minutos de ejercicio físico (caminar rápido, jugar a tenis, nadar, bailar, hacer aeróbic, etc.).
Desde la oficina de farmacia, tanto el farmacéutico como el auxiliar de farmacia o el técnico en farmacia y parafarmacia, tenemos un papel importante en la educación para la salud de nuestros pacientes y las consultas de problemas de peso son muy frecuentes. Entre todos los profesionales sanitarios debemos concienciar a la población de unos hábitos de vida saludables para evitar la aparición de estas patologías crónicas, relacionadas con otros problemas de salud como los problemas cardiovasculares, artrosis, etc.