La intolerancia a la lactosa está provocada por una deficiencia de la lactasa, una enzima producida por el intestino delgado encargada de su absorción. Entre un 20 y un 40% de los españoles son intolerantes a la lactosa y muchos ni lo saben.
La lactosa es un tipo de azúcar presente en la leche y en muchos alimentos preparados, que conocemos con el nombre de ‘lactosa oculta’, y que dificulta la compra en supermercados de las personas intolerantes. Está muy presente en embutidos, bollería, chocolates, cremas, panes, platos precocinados, etc.
Actualmente el hábito de etiquetar los productos sin gluten se está extendiendo, pero el de la lactosa… aún no es tan popular.
A través del curso de nutrición y dietética de ISED podrás identificar los síntomas más comunes de la intolerancia a la lactosa, como son el dolor e hinchazón abdominal, gases, náuseas, vómitos y diarrea. Suelen aparecer entre los 15 minutos y las dos horas después de haber ingerido algún alimento con lactosa, y remite pasadas unas horas.
La intolerancia a la lactosa es una alteración en las mucosas intestinales, por lo que también puede traducirse en síntomas más inespecíficos como abatimiento, cansancio, problemas cutáneos, nerviosismo y trastornos del sueño, entre otros. No es un trastorno que ponga en riesgo la vida de nadie, pero sí condiciona su salud y afecta a su día a día.
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Una adecuada formación en nutrición y dietética te permitirá elaborar dietas con ausencia de lactosa completa. No consumir lácteos puede llevar a una insuficiencia de calcio, vitamina D y A o proteínas. Tu labor como asesor nutricional es planificar una dieta con nuevas fuentes fiables de calcio, como las espinacas, el brócoli, en huevo, los mejillones o los frutos secos.
Si tu paciente no quiere renunciar al sabor de la leche de vaca, en la actualidad existen en el mercado variedades sin lactosa, que se amplían a otros derivados lácteos como quesos y yogures, también sin lactosa.
Con el curso de nutrición de ISED descubrirás una gran variedad de bebidas vegetales que podrás recomendar a tus pacientes, totalmente libres de lactosa, como la bebida de soja, de avena, almendras o arroz, entre otras.