Una alimentación sana y balanceada es fundamental para la salud y el bienestar de las personas, en especial también es necesaria para el correcto desarrollo de los niños. Además, comer es un momento ideal para aprender a socializar con compañeros de clases, amigos y familiares.
¿Qué cantidad de comida debe comer un niño?
Una de las preocupaciones más comunes de los padres, sobre todo los primerizos, es si la cantidad de comida que comen sus hijos es la apropiada o suficiente. Sin embargo, la mayoría de las veces la proporción de comida que ingieren los niños es adecuada y correspondiente a su edad. Esto es porque normalmente el apetito natural que tienen tus hijos es el idóneo, pese a que se vaya ralentizando durante el crecimiento o en ciertos momentos.
Determinar la cantidad de comida que debe comer un niño, dependen de varios factores como: la edad, talla y el nivel de actividad. Aproximadamente tu hijo pequeño necesita entre 1.000 a 1.400 calorías diarias.
Lo primordial es notar si tu hijo se encuentra sano y estar alerta de posibles señales de una mala alimentación (cansancio, piel seca, debilidad muscular, fatiga, caries, infecciones, talla y peso fuera de lo normal, etc.). De igual forma, es muy importante cuidar su dieta evitando alimentos procesados, grasas saturadas, azúcares, bebidas gaseosas, etc., así le crearas hábitos saludables que permanecerán toda su vida y fortalecerán su organismo.
Recuerda que es indispensable que la dieta debe ser siempre balanceada, variada y cubrir las necesidades de fibra, minerales y vitaminas del niño.
¿Qué pasa con un niño que es “mal comedor” y por qué ocurre esto?
Cuando un padre piensa que su hijo es “mal comedor” puede ser que sea porque el niño se distraiga mucho a la hora de alimentarse, juega con la comida, se niega a comer con frecuencia o solo quiere ciertos tipos de alimentos.
Ante estos casos debes tener paciencia, identificar cuál puede ser la raíz del problema y ser comprensivo. Muchas veces los padres se alarman por cosas que son normales, por ejemplo, que en un día determinado el niño no quiera comer.
Durante su desarrollo los niños pasan por varias fases, en donde puede disminuir su apetito, rechazar ciertos alimentos, solo querer comer ciertas comidas, rechazar nuevos sabores o le desagradan ciertas texturas. También ocurre que quiere ganar independencia y comer solo o elegir él qué es lo que quiere.
Algunas de las razones por las que un niño es mal comedor son: malos hábitos alimentarios adquiridos desde pequeños, libertad y concesiones excesivas al comer, fases del desarrollo, enfermedad aguda que disminuye el apetito temporalmente y enfermedades crónicas que alteran el apetito.
Consejos para ayudar a niños “mal comedores”
- Involucra a tu hijo en el proceso de cocinado, haciendo tareas sencillas como lavar los vegetales o que ayude a colocar los platos en la mesa.
- Dale opciones de alimentos variados a tus hijos, pregúntale algunas cosas antes de preparar las comidas para que tomen pequeñas decisiones y puedes pedirle que te acompañe a hacer las compras.
- El menú se puede adaptar a los gustos del niño, pero no se debe cambiar ante la queja o rechazo de este, de lo contrario entenderá que él puede decidir siempre que comer.
- Come con él en la misma mesa, las comidas son un momento perfecto para socializar y compartir con la familia. Además, los niños aprenden por el ejemplo.
- Combina alimentos que le gustan con nuevos o incluso con los que rechaza.
- Deja que el niño toque la comida y se ensucie, de esta forma están usando sus sentidos para experimentar y aprender sobre las texturas, olores y sabores.
- Sirve porciones pequeñas y de una manera atractiva, si tu hijo quiere más o se termina toda la comida en el plato puedes ofrecerle más.
- Si rechaza algunos alimentos o comidas de vez en cuando, déjalo tranquilo y deja que exprese porque no le gusta. Sin embargo, no le ofrezcas inmediatamente otra cosa.
- Prepara de distintas maneras los alimentos que no le gustan para animarlo a probarlos nuevamente.
- Elimina las distracciones al momento de la comida, evita que vean televisión, tengan juguetes o el teléfono.
- Disminuye la cantidad de bebidas, demasiado jugo o agua puede generar sensación de pesadez.
- Evita que tu hijo coma entre horas.
- Dale tiempo suficiente para que coma, si come muy rápido enséñale que no es bueno para su digestión, pero si come muy lento no lo apures.
- No lo obligues a permanecer en la mesa hasta que termine el plato, deja que se sienta libre de informar cuando está saciado.
- Si tienes muchas dudas o te preocupa la salud de tu hijo acude al pediatra quién podrá orientarte y de ser necesario te remitirá a un nutricionista pediátrico.
- No lo amenaces, regañes o castigues por no comer, de lo contrario el niño asociará la hora de la comida cómo algo tormentoso y problemático.
- Obligar a comer puede generarle fobias o traumas.
- Los elogios y las motivaciones refuerzan que la comida sea un momento agradable, lo ideal es que sea un tiempo de relax, de disfrute, para compartir e incluso de aprendizaje.
¿Cómo puedo educar a un niño en hábitos alimentarios saludables?
- Ofrécele comidas saludables y balanceadas, desde pequeño.
- Evita los alimentos procesados, frituras, chucherías y bebidas gaseosas.
- Varía el menú y las presentaciones de los alimentos.
- Haz que pruebe ensaladas, legumbres y alimentos ricos en fibra, minerales y vitaminas.
- Enséñale que hay alimentos para consumo diario (verduras, frutas) y otros que se consumen en momentos especiales o en ciertas ocasiones (papas fritas, chocolate, tortas, etc.)
- Evita que consuma mucha azúcar y dale postres saludables.
- Anímalo a probar alimentos nuevos.
- No utilices las comidas como recompensas o como castigos.
¿Son necesarios los suplementos vitamínicos?
Los suplementos vitamínicos, son un medicamento, deben ser recetados por un médico, únicamente cuando exista un motivo real. Esto aplica tanto para adultos como para niños, de lo contrario pueden ser peligrosos.
Los alimentos son la principal fuente de nutrientes, por esto los niños deben comer proteínas, verduras, cereales integrales, frutas, etc. De esta forma, podrán crecer y desarrollarse sin inconvenientes.
Podemos concluir que lo normal es que los suplementos vitamínicos no sean necesarios, pero existen niños que lo pueden requerir, por ejemplo: bebés prematuros, niños mal alimentados, con problemas de desarrollo, enfermedades crónicas, alergias a ciertos alimentos, entre otros.
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