La dieta macrobiótica, más que un conjunto de directrices nutricionales, es una filosofía alimentaria que ayuda a las personas a incrementar su calidad de vida y a disfrutar de una mejor salud.
De hecho, sus efectos más notables son a medio y largo plazo, por lo que en ningún caso se puede tildar de “dieta milagro”. Aquí queremos hablarte de sus beneficios y de sus ventajas y desventajas.
Pero ¿Qué es la dieta macrobiótica?
Se trata de una filosofía alimentaria derivada de la cultura oriental y muy popular entre los budistas. De hecho, se basa en los principios del Yin y del Yang, los cuales deben estar en equilibrio para que la persona se sienta bien a todos los niveles. En este sentido, podemos distinguir dos tipos de alimentos de origen macrobiótico:
- Los alimentos Yin. Los que no aportan beneficios para el organismo. Hablamos, por ejemplo, de las bebidas alcohólicas, del azúcar o del café. Muchas de ellas, incluso, debilitan el organismo.
- Los alimentos Yang. Son aquellos que proporcionan energía y vitalidad al organismo y, por tanto, los que más presencia deben tener en la dieta. Aquí es posible englobar todos los cereales integrales, las legumbres, los vegetales y las frutas (con la excepción de las tropicales).
En términos generales, la dieta macrobiótica está muy cerca del veganismo ya que ha suprimido en su práctica totalidad los alimentos de origen animal. Y, en caso de admitirlos, únicamente recoge aquellos formados por carnes blancas y magras (pavo, pollo, etc.), que son las más saludables para el organismo.
Aspectos claves de la dieta macrobiótica
La dieta macrobiótica se fundamenta en una serie de principios y pautas alimentarias. Son estas:
- El agua debe consumirse a pequeños sorbos y siempre antes o después de las comidas, nunca durante ellas. Se admiten las sopas, las infusiones y los tés.
- El 15 % de la dieta diaria debe estar formado por legumbres.
- El 25 % de la dieta diaria tienen que ser hortalizas y vegetales. Estos deben tomarse cocidos, nunca fritos.
- El 50 % de la dieta diaria ha de estar conformada por cereales integrales.
- Otro 5 % está compuesto por proteínas, las cuales no se deben tomar a diario. Por ejemplo, la dieta macrobiótica recomienda tomar pescado blanco o carne de ave dos veces a la semana y un huevo duro cada 10 días.
- La fruta, al igual que la verdura, tampoco ha de tomarse cruda, sino cocida.
Principales beneficios de la dieta macrobiótica
Quienes siguen la dieta macrobiótica notan a medio y largo plazo los siguientes beneficios:
- Mejor tránsito intestinal. Ya que incluye multitud de alimentos ricos en fibra.
- Mayor bienestar estomacal. Al mantener el pH equilibrado, lo que evita el reflujo gástrico.
- Menos riesgo de sufrir diabetes. Con esta dieta se mantienen siempre estables los niveles de glucosa en sangre y se regula naturalmente la producción de insulina.
- Facilidad para mantener el peso ideal. Al no tomar grasas ni azúcares de baja calidad, es más difícil engordar.
- Menos estrés. Las propiedades de los alimentos que conforman esta dieta ayudan a mantener la tranquilidad.
- Más agilidad mental. El cerebro recibe lo que necesita y funciona de forma óptima.
- Mayor energía. Los cereales aportan todos los hidratos de carbono que el organismo necesita para afrontar cualquier actividad.
En definitiva, la dieta macrobiótica está cargada de beneficios y, además, es muy fácil de poner en práctica. Por ello, si estás cansado de “dietas milagro” y de pautas alimentarias que no funcionan o que te provocan efecto rebote, seguramente deberías probarla. Tu salud te lo agradecerá.
Si quieres convertirte en profesional del sector sanitario, solicita información sin compromiso sobre nuestro curso de Nutrición y Dietética. ¿A qué esperas? ¡Pon rumbo a tus sueños!