En el siguiente post os vamos a hablar sobre las grandes ventajas que tiene complementar los tratamientos médicos para paliar la atrofia muscular espinal con el quiromasaje.
¿Qué es la atrofia muscular?
La atrofia muscular espinal es un síndrome neurodegenerativo progresivo y debilitante poco común que tiene un carácter marcadamente hereditario. Esta dolencia suele incluir síntomas como problemas con el equilibrio, dificultades para orientar y mover el cuerpo, suele estar acompañada de un síndrome de dolor crónico y presentar patrones de movilidad disfuncionales que pueden ser muy acusados.
En los primeros estadios de la dolencia, el enfermo siente una progresiva e inespecífica pérdida de fuerza. Diferentes estudios han demostrado que en padres portadores de una anomalía del brazo largo del cromosoma 5, las posibilidades de transmitir la atrofia muscular en uno de los descendientes son del 25%, independientemente de si un padre o los dos son portadores y también de cada nuevo embarazo. La tasa de afección de esta enfermedad es de 4 casos de cada 100.000 niños nacidos.
La evidencia clínica demuestra que la manipulación de un quiromasaje de la columna vertebral, junto con la estabilización neuromuscular dinámica y otros procedimientos y terapias médicas y farmacológicas específicas son soluciones viables que pueden mejorar las capacidades motoras de los afectados y, sobre todo, y esto es importante, su calidad de vida. No obstante, las sesiones de quiromasaje, en casos de atrofia muscular espinal, han de ser dirigidas por un quiromasajista profesional que en todo momento ha de estar coordinado con un médico especialista. Ambos orientarán las sesiones para adaptarse siempre a las necesidades del paciente en cada momento.
El quiromasaje y sus beneficios en las atrofias musculares
Con el quiromasaje bien orientado por un quiromasajista con experiencia en un proceso de rehabilitación en casos de atrofia muscular espinal, se puede estar en condiciones de controlar el dolor, mejorar el estado de ánimo, optimizar la locomoción, estar en disposición de realizar muchas actividades normales de la vida diaria y tener un aceptable control postural. El quiromasajista experimentado se centrará en cualquier caso en las condiciones del paciente y en sus características musculo esqueléticas, sin olvidar su situación cognitiva específica asociada al caso y en un momento dado de la evolución de la afección. El quiromasaje permite mantener los rangos de los movimientos en sus amplitudes, reducir la rigidez de las articulaciones y estimular el riego sanguíneo en brazos, antebrazos y piernas. Y es que la atrofia muscular espinal produce interrupciones en las señales de las neuronas del cerebro y las neuronas motoras con lo que los movimientos se vuelven progresivamente lentos y pueden resultar hasta laboriosos para el paciente. Incluso, en determinados casos, los movimientos pueden desarrollar acciones tendinosas, propiciar sacudidas, haciendo que las articulaciones de las rodillas y de los tobillos se vuelvan hiperactividad. Pasado el tiempo, la persona afectada puede perder el control voluntario de los movimientos de sus articulaciones. Por tanto, el papel recuperador de la movilidad del quiromasajista es crucial en todos los casos.
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