El mindfulness ha demostrado ser una práctica de meditación y relajación capaz de aportar numerosas mejoras de comportamiento y beneficios psicológicos para el bienestar emocional.
A continuación, vamos a ver con más detalle cómo se producen estas y cuáles son las mejores prácticas para conseguir estos beneficios de los que hablamos.
¿Qué es el mindfulness y en qué consiste?
Hay culturas en las que las técnicas de relajación y meditación son parte esencial de la vida de sus habitantes. Hablamos muy especialmente de las civilizaciones orientales que han crecido en torno a la India y a otros países de sus entornos.
En ellas, las prácticas de meditación son empleadas para conseguir numerosos estados que se suelen asociar con estados casi de trance divino, pero lo cierto es que lo que se esconde tras ellas es la capacidad para poder alterar la conciencia de forma que esta alcance un estado de mayor salud.
Sí, la mente tiende a alterarse de forma muy especial cuando está expuesta a las condiciones de estrés de la vida cotidiana, algo que conocemos muy bien todos los que formamos parte de culturas occidentales actuales. Algunas técnicas antiguas de yoga que aún hoy se siguen usando, son las que han demostrado mayor eficacia para conseguir alejar el estrés y la ansiedad del día a día y, precisamente, son las que dan apoyo al mindfulness.
De forma muy sencilla, esta técnica no es más que un entrenamiento progresivo para conseguir que la conciencia se centre en el presente y aleje estados de ansiedad y estrés que se originan por la rumiación de pensamientos y la incertidumbre ante el futuro.
Una conciencia que se instale en el momento presente estará libre en gran medida de esas preocupaciones que, en muchos casos, no son más que ilusiones de la imaginación que se convierten en miedos y temores.
Reducir la ansiedad y el estrés con el mindfulness
Pero, ¿Cómo se consigue acceder a las ventajas que hemos citado? Las prácticas de mindfulness pueden ser seguidas por casi cualquier persona, ya que son de lo más sencillas. Para comenzar, la mejor idea es siempre acudir a un profesional en meditación o psicología o buscar herramientas con las que poder hacer meditaciones guiadas.
Estas técnicas parten de algo tan sencillo como la capacidad para concentrar la conciencia en la propia respiración. Los ejercicios respiratorios regulares sirven tanto para atrapar a la conciencia en el presente como para liberar diversos nervios cercanos a la zona diafragmática que tienen mucho que ver con los estados de estrés y ansiedad.
Siempre hay que tener presente que el progreso en una técnica como el mindfulness requiere tiempo. Los expertos aseguran que pueden pasar meses o años hasta que una persona consiga tener meditaciones completamente efectivas, por lo que la guía del profesional es fundamental en este sentido.
En definitiva, el bienestar emocional es uno de los grandes atractivos del mindfulness, una técnica que reporta grandes beneficios psicológicos para las personas que deciden acercarse a ella y ejercitarla.
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