En esta ocasión os queremos hablar sobre la energía y su papel dentro de la acupuntura. Ambas partes están fuertemente relacionadas.
Origen de la acupuntura
Esta técnica milenaria surgió en Oriente, concretamente en China, y con el paso del tiempo se fue extendiendo a lo largo de todo nuestro planeta. Las primeras técnicas de este arte oriental eran muy similares, pero los útiles un tanto distintos. En lugar de agujas, empleaban huesos de animales previamente afilados y tratados para tal fin. No fue hasta hace aproximadamente 250 años cuando esta técnica se instauró en Occidente, en donde los primeros escépticos dudaban del flujo de la energía en la acupuntura, para acabar aceptando que, sin una explicación demostrable, solo provoca beneficios en el cuerpo humano.
La relación entre energía y acupuntura
El cuerpo humano es energía, energía que fluye, y que se estanca, que a veces sobra, y a veces falta. Energía que es muy difícil de compensar por nosotros mismos. Lo que se pretende es igualar la energía en la acupuntura. Pero no solo la energía física que pueden tener nuestros músculos o venas, si no la energía mental que fluye por nuestro cuerpo y que a veces no controlamos. Por ejemplo, una separación, una muerte… puede provocar un estado de estrés en nuestro cuerpo en donde la energía se va a quedar estancada en algún punto provocando alguna dolencia que se manifiesta en forma de dolor.
La energía en la acupuntura fluye porque nos estimulan puntos claves en el cuerpo. Una vez localizados los puntos de dolor o estrés, se procede a introducción en las capas más superficiales de la piel, y en las zonas subyacentes, de pequeñas agujas a distintas profundidades que estabilizaran el flujo de energía de nuestro cuerpo a través de esa presión ejercida. Estas agujas son metálicas y muy estrechas, con lo que sentiremos una sensación de hormigueo al principio de la sesión, pero en ningún caso provocarán dolor físico, ya que los puntos de tensión desaparecen al cabo de pocos minutos. La energía en la acupuntura defiende que ésta debe estar perfectamente en armonía, ya que no sirve de nada tener acumulada mucha en una zona y nada o muy poco en otra zona. Esta técnica oriental es perfecta como complemento a terapias, pues la energía en la acupuntura también influye a nuestro estado mental, o por ejemplo a actividades deportivas en donde daremos cabida la utilización de la energía sobrante en nuestro organismo de una forma complemente sana para nuestra mente y nuestro cuerpo.
Esta técnica tiene beneficios no solo físicos, como la mejora de la circulación sanguínea o la eliminación de toxinas, si no también efectos psíquicos que pueden ayudarnos a dejar de fumar, adelgazar, o aprender a tolerar distintas sensaciones de estrés, a las que hoy en día estamos demasiado mal acostumbrados. La rotación de las agujas durante el tratamiento provoca un flujo mayor de la energía en la acupuntura, y nos ayudará a dormir mejor, pensar con más claridad y lo más importante, tomarnos la vida con más calma.
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