La osteopatía infantil se ha revelado como una herramienta excepcional para el trabajo de patologías pediátricas que hasta ahora no se miraban. Los cólicos del lactante, los trastornos del sueño y los gases infantiles pueden aliviarse a través de la osteopatía, con resultados visibles desde la primera visita, y por ello la especialización en osteopatía con bebés resulta tan enriquecedora e importante.
Osteopatía infantil: ¿qué puede hacer?
La osteopatía pediátrica está indicada para bebés y niños desde la primera semana de vida. Los cuerpos de los pequeños están en continuo proceso de crecimiento y consolidación, por lo que es el momento indicado para aplicar técnicas osteópatas con las que resolver muchas patologías que hasta hace poco no se detectaban.
Entre los principales problemas infantiles que se pueden trabajar mediante la osteopatía pediátrica, se encuentran:
- Cólicos del lactante, gases, estreñimiento, diarrea y regurgitación.
- Trastornos del sueño.
- Contracturas musculares y tortícolis.
- Lesiones de ligamentos (por ejemplo, esguinces y distensiones).
- Bloqueos vertebrales.
- Escoliosis.
- Deformaciones craneales.
- Nerviosismo infantil.
Hay muchos signos que pueden alertar a los padres de que es conveniente llevar a su hijo a una terapia de osteopatía infantil, y muchos de ellos son tan comunes que se entienden como “típicas” en un bebé o un niño, cuando realmente tienen su raíz en problemas de movilidad ósea y tensiones fasciales periféricas. Algunos de los síntomas de alerta son el lloro excesivo antes de las comidas, que puede deberse a tensiones digestivas; la dificultad para conciliar el sueño, que puede derivarse de compresiones craneales; el hábito de chuparse el dedo en edad avanzada, que puede deberse a un intento inconsciente de bombear el paladar para corregir disfunciones en la bóveda craneal; el déficit de atención o la dificultad en el aprendizaje por alteraciones craneales; posturas incorrectas a la hora de estudiar por desviaciones de columna, etc. Los resultados de la terapia se aprecian desde la primera visita y todo el proceso resulta agradable y nada intrusivo para el niño.
Osteopatía pediátrica desde el parto
La osteopatía infantil se puede aplicar en cualquier etapa de la vida, aunque su utilidad en bebés y niños es cada vez más relevante. En algunos casos, incluso es indispensable la intervención del osteópata en las 24 horas siguientes al parto por daños prenatales.
Cualquier parto resulta bastante traumático para el feto, pues el recién nacido se ve sometido a fuertes compresiones e incluso puede ser necesario el uso de fórceps, espátulas o cesárea. Esto puede provocar lesiones craneales asintomáticas que la medicina tradicional no trata pero que desde el campo de la osteopatía pediátrica se consideran el origen de descompensaciones de la postura, así como de trastornos del comportamiento y del aprendizaje que se irán haciendo visibles conforme pasen los días o años. El cuerpo de los bebes tiene un potencial de adaptación y corrección muy alto, por lo que las terapias de osteopatía infantil ayudan de forma suave, sutil e indolora a corregir gran número de afecciones que de otra forma podrían perdurar en su cuerpo para toda la vida.
En el curso de osteopatía pediátrica impartido en ISED se dan todas las pautas necesarias para que los niños y niñas que se encuentren en nuestro camino tengan la vida más fácil, por lo menos sin dolor.