El quiromasaje es una técnica que requiere que entre la persona que es atendida y el quiromasajista haya un vínculo. Y es que solo así este profesional será capaz de entender la dolencia que padece el sujeto y de poner todos sus conocimientos a su disposición con el objetivo de erradicarla.
Por ello, se suele decir que la comunicación entre ambos sujetos es imprescindible para que la sesión sea exitosa.
Comunicación entre cliente y quiromasajista: la primera entrevista
Generalmente, cuando un cliente quiere ponerse en manos de un profesional del quiromasaje, lo primero que hace es llamar a su consulta y concertar una cita. A la hora y a la fecha indicada, ambos se reunirán en un despacho o en la propia sala de terapia para hablar.
En este sentido, es de vital importancia que el cliente que padece el problema de salud que le impide llevar a cabo una vida normal explique todos y cada uno de los síntomas que padece. De hecho, el quiromasajista será el responsable de realizar las preguntas más adecuadas con el propósito de obtener la máxima información posible.
A partir de esos datos, el quiromasajista podrá realizar un informe que le haga entender con la perspectiva adecuada el problema al que debe hacer frente.
La comunicación durante la primera sesión
Una vez acabada la charla entre el cliente y el quiromasajista, llegará el momento de realizar la primera exploración. En este sentido, este profesional usará sus manos para palpar la zona afectada. Sin duda, en este punto también es muy importante la comunicación entre ambos.
El cliente deberá indicar al profesional al que ha recurrido en qué zonas siente dolor, qué movimientos le generan dolor y cuáles son sus sensaciones en cada momento. Solo así será posible determinar qué técnicas son más adecuadas para tratar el problema.
La comunicación con el quiromasajista continúa al salir de la clínica
Desde el mismo momento en el que el cliente se levanta de la camilla de quiromasaje debe empezar a informar al especialista de su evolución. De hecho, debe exponer sus sensaciones en el momento de recuperar la verticalidad. En ese momento, además, se concertará una cita adicional para la siguiente sesión siempre que sea necesaria.
Puede ser muy útil que el cliente mantenga informado al quiromasajista de su estado unos días después. En cualquier caso, es vital que lo haga antes de acudir a la consulta para que éste sepa a qué atenerse y pueda diseñar un plan de actuación más sofisticado y preciso. En cualquier caso, en la siguiente sesión, volverá a realizar todo el proceso de nuevo para asegurarse de que está siguiendo el camino correcto.
En definitiva, en todo lo que respecta al quiromasaje, la comunicación entre la persona afectada y el profesional debe ser totalmente fluida y continuada. Esto debe abarcar desde el momento en el que el cliente que sufre la dolencia descuelga el teléfono para concertar cita previa hasta el instante en el que sale de la consulta plenamente recuperado. Sin duda, se trata de un aspecto clave para garantizar la eficacia de la sesión.
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