Textualmente un esguince es una alteración en la que por un breve espacio de tiempo existe una separación de las dos partes de una articulación, provocando distensión, desgarro o rotura de los ligamentos que pertenecen a ésta y afectando indirectamente también a los músculos insertados en esa zona.
Dependiendo del grado de la lesión existirá mayor o menor dolor, restricción de movimiento y sobre todo derrame. Es en éste último síntoma en el que nosotros jugaremos un importante papel.
Nuestra finalidad es reducir cuanto antes el derrame. Si este desaparece rápido, antes existirá un correcto flujo sanguíneo favoreciendo una pronta recuperación, evitando las adherencias que pueden llegar a ser muy problemáticas.
A la hora de aplicar el Drenaje Linfático Manual se podrían considerar dos formas de aplicación. La primer constituiría el protocolo correcto y la segunda se utilizaría para un tratamiento más localizado:
- Realizando el protocolo correcto, trabajaríamos tanto en supino como en prono, haciendo las llamadas o vaciados ganglionares necesarios, después drenaríamos las extremidades inferiores haciendo especial hincapié en la zona afectada, trabajándola con bombeos y giros. A lo largo del recorrido adaptaremos las maniobras según la constitución de nuestro cliente, aplicando círculos fijos, bombeos, mov. mixto, gran bombeo.
- En el segundo de los casos, realizaremos las llamadas o vaciados ganglionares desde hueco poplíteo y realizaríamos desde allí el drenaje igual que el anterior. Esta segunda opción no es tan eficaz como la anterior pero en muchos casos se debe aplicar por falta de conocimiento de la técnica por parte del cliente, por ejemplo; aplicado a un deportista, es posible que no entienda por qué teniendo un esguince en el tobillo se le debe tocar cuello. Hacer entender esta explicación en pocos minutos resulta complejo. Por ello la decisión de realizarlo de esta última manera evitará, en sesiones puntuales, situaciones comprometidas. Dejar claro que la más adecuada y eficaz será siempre la primera opción.
por Ester Miranda,
Jefa de Estudios y Profesora de ISED Zaragoza, Área Salud y Bienestar