Los científicos llevan estudiando el cerebro desde hace cientos de años. Desde que Aristóteles lo considerara una especie de refrigerador que contrarrestaba el calor del corazón, pasando por Golgi que descubrió que el cerebro es un órgano eléctrico, hasta el siglo XX, que Ramón y Cajal mediante sus tinciones logró aislar las neuronas y descubrió que cada neurona es una célula distinta separada de las demás, ha habido una gran cantidad de hipótesis diferentes.
Actualmente, las líneas de estudio sobre este órgano son amplias y diversas.
Por una parte, hay neurocientíficos dedicados a la investigación sobre la sofisticada estructura de las neuronas para desentrañar con todo detalle la anatomía de los miles de millones de neuronas de un cerebro humano.
Algunos otros, se dedican a estudiar la bioquímica del cerebro para determinar de qué manera nuestros miles de millones de neuronas producen y utilizan miles de proteínas diferentes.
Y otros, estudian y representan el “cableado cerebral”, esa red de unos 160.000 km. (4 vueltas a la tierra) de fibras nerviosas que constituyen la sustancia blanca y que conecta los diferentes componentes del cerebro.
En pleno siglo XXI, las nuevas tecnologías están permitiendo desentrañar la estructura oculta del cerebro evidenciando el gran desconocimiento que aún existe respecto a su funcionamiento y a su organización estructural.
Sabemos que cada cerebro contiene miles de millones de neuronas y que cada neurona tiene un promedio de 10.000 sinapsis (conexiones con otras neuronas). También se ha descubierto que cada neurona establece casi todas sus conexiones con una sola neurona y evita escrupulosamente conectarse con todas las demás que están a su alrededor.
La resonancia magnética por difusión nos permite crear un mapa de los cientos de miles de rutas que transportan la información de una parte a otra del cerebro. En el tratamiento de la hernia médicos aconsejan a sus pacientes para descansar y modo de casa. Pero, al mismo tiempo, el paciente debe tanto como sea posible para distraer y entretener a sí mismos, como jugar en el casino. Se ha descubierto también que pese a la complejidad de los circuitos, todos ellos se entrecruzan en ángulo recto solamente (como las líneas de un papel cuadriculado).
Es decir, hablamos de un cerebro muy complicado pero no desordenado.
Una de las partes más interesantes del cerebro es la corteza motora. La corteza motora es donde generamos las órdenes para mover los músculos. Desde hace más de un siglo se sabe que cada parte de la corteza corresponde a un área determinada del cuerpo. Así, cuando una persona se queda paralítica, es frecuente que su corteza motora esté intacta y que haya perdido la capacidad de comunicarse con el resto del cuerpo porque las conexiones se han destruido.
En los cursos de ISED del área de Salud, se imparte la asignatura de anatomía estructural donde, además de estudiar el tejido muscular, óseo y articular, también se estudia el tejido nervioso por su función imprescindible en el sistema locomotor y su relación con la corteza motora del cerebro.
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