Los pies son uno de los ejes de salud del aparato locomotor. Con el curso de Osteopatía de ISED podrás reconocer los distintos tipos de pisada y detectar si una incorrecta rotación del pie al caminar o trotar puede ser la causa de dolores en las rodillas, caderas o columna vertebral.
El concepto de pronador o supinador se la popularizado con la extensión de la práctica del running, pero el tipo de pisada no solo afecta a la biomecánica general de nuestro cuerpo al correr, sino también al caminar. Como osteópata conocer el tipo de pisada de las personas que acuden a tu consulta te ayudará a determinar y trabajar problemas posturales.
Se distinguen tres tipos de pisada:
Pie plano/pronado
La pronación es la rotación del pie hacia el interior al caminar o correr. Existen distintos grados según la inclinación hacia la zona interna de la pierna. En estático o parada, desde una visión posterior, con la formación en osteopatía podrás detectar que la línea vertical del talón no coincide con la del tendón de Aquiles, dando lugar a una angulación lateral externa. La persona pronadora suele apoyar más el peso en el primer dedo del pie a la hora de caminar.
Cierto grado de pronación entra dentro de la normalidad, hasta en las mujeres es más típico detectar este tipo de pisada debido a que su pelvis es más grande que la del hombre y las angulaciones respecto al fémur son diferentes, por lo tanto, tienden a pronar más. El problema aparece si pronamos en exceso (girar el tobillo hacia dentro) porque la tibia se torsiona para compensar, algo que también afecta a rodilla y cadera, pudiendo aparecer dolores generalizados que la persona no acostumbra a relacionar con los pies.
En la mayoría de casos el exceso de pronación es consecuencia directa de debilidad en los ligamientos y músculos del tobillo, y no a una característica morfológica. Por esta razón, como osteópatas podemos recomendar realizar ejercicios concretos para ganar fuerza y corregir la pisada, así como la utilización de zapatillas específicas o plantillas que ayuden a corregir la angulación.
Pie neutro
Es el más común, donde el pie no rota hacia ningún lado y sigue su eje. De pie, parado, el osteópata podrá ver claramente una línea vertical del talón al tendón de Aquiles. Las personas con pisada neutra acostumbran a andar como si lo hicieran sobre una línea recta.
Pie cavo/supino
La supinación es la rotación del pie hacia el extremo exterior al caminar o correr. Al igual que en caso del pie pronador, existen distintos grados según la angulación. En estático, los alumnos que superen el curso de osteopatía sabrán reconocer este tipo de pisada dado que la línea del talón tampoco coincidirá con la del tendón de Aquiles y se observará un mayor apoyo en la parte lateral externa del pie. Las personas con este tipo de pisada suelen tener un arco plantar muy pronunciado y poco flexible.
Al igual en el caso de pie pronador, existen distintos grados, siendo los más pronunciados los que dan mayores problemas. En consulta, un indicador de este tipo de pisada es que la persona sienta molestias a nivel de sóleo o de tendones en la cara externa de la pierna. También pueden aparecer dolores en las caras externas de la rodilla. Los corredores que supinan en exceso tienen una mayor predisposición a sufrir esguinces. En estos casos, es indispensable usar zapatillas adecuadas y/o plantillas que ayuden a corregir la rotación del pie. Existen también distintos ejercicios que ayudarán a reforzar la musculatura y tendones, para intentar proteger el tobillo de lesiones.