El pie es una obra arquitectónica compleja que coordina 107 ligamentos, 19 músculos intrínsecos, con 26 huesos, y que nos van a llevar a caminar más de 150.000 km lo largo de nuestra vida. El 80% de los adultos presentan problemas en los pies en su madurez y quizás, por esta razón, se convierte en un motivo de consulta muy frecuente por parte de los padres que traen a sus hijos a la consulta del osteópata.
El conocimiento de lo normal y lo anormal nos tiene que hacer sentir cómodos, así como conocer la historia natural de cada proceso. Es importante distinguir entre las malformaciones y las malposiciones, valorar la reductibilidad y la flexibilidad. Tener presente el desarrollo evolutivo de osificación y las variaciones epifisarias y familiarizarse con la terminología evitará errores semiológicos y, por tanto, diagnósticos y terapéuticos.
Ante un niño con dolor de pié, es necesaria una correcta anamnesis, con detalle de los antecedentes familiares, exploración general, examen contralateral y no olvidar las alteraciones de la piel. Las radiografías comparativas nos serán de utilidad en muchos casos.
Si el pie del lactante nuestra cualquier anomalía debe de ser tratada durante estos primeros meses previos a la bipedestación y estar complementado con un examen neurológico, tónico-postural y movilidad articular.
Con el curso de osteopatía de ISED podrás ayudar en la mejora de las anomalías congénitas o adquiridas.
Muchos de los problemas más comunes que sufren los bebés se pueden mejorar mucho con osteopatía. Algunos de los más frecuentes son: llantos o irritabilidad, especialmente al tumbarlos de lado, dificultades en la alimentación, cólicos del lactante, problemas digestivos, gases., alteraciones del sueño, plagiocefalia, bronquiolitis, problemas músculo-esqueléticos (escoliosis, hipercifosis, pie zambo…), otitis y otitis de repetición, sinusitis y rinitis constantes, entre otras.