Las contracturas son uno de los problemas de salud más habituales en personas que trabajan muchas horas de pie o ante el ordenador.
Aunque no revisten gravedad a priori, sí que representan un obstáculo a la hora de tener una buena calidad de vida. Optar por técnicas como el quiromasaje y tener en cuenta algunos consejos para evitar contracturas señalados por expertos nos ayudará a controlar la situación.
Contracturas posturales, las más habituales
Las contracturas están relacionadas con algún tipo de esfuerzo físico demasiado importante para el estado de nuestro cuerpo. Pueden durante o después de este y, en todos los casos, provocan una gran rigidez muscular.
Podemos diferenciarlas de las contracturas defensivas, que son las que se producen cuando ha habido un impacto previo. Algunas de las más habituales son las cervicales. Por lo general cursan con dolor intenso y extrema rigidez durante un par o tres de días.
Aunque son desconocidas a priori, es importante señalar que las contracturas por deshidratación son un motivo de consulta frecuente. Se producen por deshidratación del esternocleidomastoideo después de la ingesta de alcohol u otras sustancias tóxicas.
Si hacemos deporte y nuestros músculos no están en forma, existe la posibilidad de padecer contracturas por hipotonía. Son un espasmo muscular que se produce para evitar la rotura de fibras musculares cuando hay un esfuerzo extremo.
De todos modos, hay que señalar a las de origen postural como las contracturas más habituales. Estas lesiones aparecen sobre todo en el cuello y la espalda como fruto de una mala postura o la repetición de un mal gesto durante mucho tiempo. Por lo tanto, son habituales en personas que trabajan muchas horas de pie o sentadas al ordenador y que adoptan, sin darse cuenta, una posición en la que cargan un determinado músculo.
También son un problema frecuente en quienes hacen grandes esfuerzos físicos en su día a día, como repartidores o cuidadores de ancianos. Hay que tener en cuenta que se convierten en más dolorosas cuantos más músculos cercanos afecten.
La ayuda del quiromasajista
Ponerte en manos de un profesional del quiromasaje es, sin duda, la mejor manera de acabar con una contractura y, además, evitar que esta se reproduzca en un futuro. Los quiromasajistas están especializados en la aplicación de diversas técnicas de recuperación muscular totalmente naturales que te ayudarán a relajar los músculos, aliviar la tensión y mejorar la circulación sanguínea de la zona afectada.
Además, a parte de recibir un quiromasaje, en la consulta de estos profesionales se te recomendará una serie de ejercicios personalizados, destinados a solucionar el origen de tu problema en concreto, y que podrás hacer en casa.
Finalmente, merece la pena tener en cuenta que estos profesionales especializados también te darán consejos específicos para que puedas controlar tu dolencia, valorando su causa y el trabajo al que te dedicas.
Priorizar una recuperación integral y natural para un problema de contractura debe ser uno de nuestros principales objetivos.
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