Las principales funciones del masaje anticelulítico son abrir los poros, movilizar el sistema linfático, romper la grasa y facilitar la penetración de los productos cosméticos que se usan con esta finalidad. Además permite mejorar la circulación venosa y linfática, el tono muscular y el aspecto de la piel, a la vez que aumenta la oxigenación y la salida de sustancias de desecho.
La clave de un buen masaje anticelulítico es movilizar el tejido adiposo en sentido ascendente para que vaya al riñón y sea desechado por la orina.
La celulitis se produce por una alteración de los adipocitos que forman parte de la hipodermis. Estos acumulan energía en forma de lípidos con el objetivo de recurrir a ellos en caso de necesidad, y se concentran en los nódulos separados por tejido conjuntivo fibroso, entre la dermis y el músculo. Al contar con un exceso de energía, el adipocito aumenta de tamaño y, por lo tanto, se produce una compresión de vasos sanguíneos y linfáticos.
Hay varios factores que pueden provocar celulitis, como son la alimentación, la vida sedentaria, causas hereditarias, causas emocionales y, sobre todo, desequilibrio hormonal. El factor hormonal es determinante a padecer celulitis, ya que durante la menstruación y el embarazo, cuando hay una mayor secreción de estrógenos, se favorece la retención de líquidos. También incide el uso prolongado de píldoras anticonceptivas.
Los masaje anticelulíticos y el drenaje linfático son de gran efectividad en el tratamiento de la celulitis si se realizan de forma correcta y frecuente. Combinados con dietas y ejercicio físico pueden conseguir que la celulitis se disipe e incluso desaparezca.
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Un comentario
Interesante informacion