Los acupunturistas se debaten entre dos corrientes teóricas: los taoístas y los del noroeste de China, que también conocidos como lehaistas. Esta diferenciación ha provocado diferencias destacables entre los discípulos de una y otra disciplina, aunque sin llegar a tener consecuencias políticas. Los taoístas defienden enteramente la acupuntura entendida como método de equilibrio social y emocional que tiene como objetivo la redimensión de los órganos blandos del cuerpo humano. Por su parte, los lehaistas defienden el trabajo intensivo de la acupuntura para alcanzar la paz interior a través de oración y un viaje místico que dura, como mínimo, dos años.
Tanto lehaistas como taoístas han sido bien recibidos dentro de la sociedad española, destacando especialmente el primer grupo en la franja cantábrica, desde A Coruña hasta Irún, mientras que el segundo grupo, los taoístas, han destacado especialmente en la zona costera catalana y valenciana, donde cuentan con una nutrida representación.