El quiromasaje es el aliado perfecto para llevar una vida saludable y se ha puesto de moda entre aquellos que buscan un remedio más natural a problemas como el insomnio o los dolores musculares. Conocer las principales técnicas de quiromasaje y qué beneficios tienen para la salud, puede ser muy interesante tanto a nivel personal como laboral. Con un curso de quiromasaje podrás adentrarte en el mundo de los masajes terapéuticos para lograr beneficios tan demandados por los clientes como:
- Mejorar la movilidad corporal
- Reducir el estrés
- Dormir mejor
- Calmar dolores y molestias corporales
Añadir a tu perfil profesional un curso de técnicas de quiromasaje puede ser el empujón que le falta a tu carrera.
Las principales técnicas de quiromasaje
“Quiro” viene del griego y significa “mano”, por lo que la palabra implica que el masaje se da íntegramente con las manos. El secreto es cómo usar las manos para lograr un tratamiento efectivo que reactive la circulación, reduzca tensiones y mejore la salud del paciente.
El quiromasaje ofrece muchas oportunidades laborales, pues se puede aplicar a ámbitos muy diversos y perfiles muy diferentes, desde deportistas a personas mayores, pasando por trabajadores con estrés, personas sedentarias, embarazadas y un sinfín de colectivos más que necesitan de forma periódica u ocasional una terapia quiropráctico para mejorar su calidad de vida.
Con un curso de quiromasaje impartido por profesionales, podrás aprender las técnicas más usadas en este tipo de terapias, entre las que destacan estas diez:
- Roce: se utiliza para empezar a preparar al paciente, sin afectar a los tejidos profundos. Crea un calentamiento superficial.
- Fricción: es la técnica que se encarga de movilizar la zona superficial de la piel y que se transmite a planos más profundos. Según el tipo de roce, puede reducir el dolor, relajar o estimular.
- Percusión: se dan golpes ligeros con la mano ahuecada a un ritmo rápido para estimular y potenciar la irrigación muscular.
- Compresión: se comprime o presiona una zona o región en concreto, sin desplazar las manos. Se suele buscar un efecto descongestionante y calmante.
- Amasamiento: se comprime la piel, el tejido subcutáneo y los músculos, intentando lograr una separación y un estiramiento de los músculos. Favorece la circulación venosa y linfática.
- Vibración: consiste en provocar un temblor con las manos en un punto determinado del cuerpo. Mejora el proceso de recuperación de los tejidos, aumenta el flujo sanguíneo y actúa como calmante.
- Vasoconstricciones: con las manos se busca empujar y vaciar la sangre de los músculos.
- Sacudidas: derivadas de las vibraciones, las sacudidas son efectivas para reducir la tensión de brazos y piernas, para restablecer el tono muscular y para acelerar la circulación.
- Pellizcamiento: se usa sobre todo en masajes deportivos y consiste en realizar presiones de corta duración sobre la zona a tratar.
- Torsiones: se usan ambas manos en un movimiento simultáneo que crea una fuerza de cizallamiento en la zona a tratar. Elimina la tensión muscular y crea un efecto descontracturante.
Completa tu currículum con un curso de quiromasaje y descubre cómo la combinación de estas técnicas puede ser no solo beneficiosa para tus clientes, ¡sino también para tu carrera!