Cuando hablamos de quiromasaje nos basamos a un conjunto de técnicas manuales de masaje que permiten tratar y mejorar diferentes dolencias. Suele combinarse con terapias alternativas como la homeopatía, la aromaterapia o la acupuntura para mejorar sus resultados.
¿De dónde procede el término quiromasaje?
Esta palabra tiene su origen en la unión de dos términos del griego clásico que significan, respectivamente, manos y masa. Combina diferentes clases de masajes con innovadoras manipulaciones que, cuando las recibes, te relajan, estimulan o descontracturan, sobre todo en tus tejidos blandos.
Sus beneficios son múltiples, sobre todo sobre el sistema nervioso, la piel, el sistema músculo-esquelético y el circulatorio. Si no lo has probado nunca, no eres del todo consciente de lo que te estás perdiendo.
10 técnicas básicas de quiromasaje
Sigue leyendo y descubre una relación de referencia sobre las principales técnicas que suele llevar a cabo un quiromasajista.
1. Roce
Es la maniobra más importante y se utiliza, mayoritariamente, para introducir el posterior quiromasaje. Notarás un mínimo contacto o deslizamiento de la mano profesional, muy levemente, sobre tu piel.
2. Fricción
Consiste en aplicar una presión controlada sobre los tejidos profundos de la zona que se está tratando. Moviliza, de hecho, los planos superficiales cutáneos sobre otros más internos. Se basa en movimientos breves, circulares o elípticos y rigurosos. Sirve para activar la laxitud.
3. Clapping
Es una maniobra innovadora que favorece la limpieza de los bronquios. Se utiliza, sobre todo, para eliminar secreciones en niños y adultos. Favorece la respiración y mejora la circulación sanguínea. Normalmente, quien recibe estos contactos debe permanecer relajado en posición de decúbito lateral. ¿Tienes dificultades respiratorias? Esta es tu técnica.
4. Compresión
Se caracteriza por la ausencia de desplazamiento en los dedos. Se aplica mediante una presión directa en la zona elegida, con energía y habilidad. Dura entre 30 y 60 segundos y de su aplicación se derivan efectos analgésicos. Si tienes algún dolor localizado, puede ser la solución.
5. Amasamiento
Es una combinación de compresión de piel, tejido subcutáneo y músculos cercanos. Requiere intensidad y fuerza manuales, aplicando una sujeción tipo garra y apoyándose en algún medio deslizante.
6. Vibración
El objetivo es provocar movimientos oscilantes pequeños mediante una presión estática de diferente intensidad. No es fácil conseguirla, por lo que solo puedes esperarlo de los quiromasajistas más cualificados. Ayuda a calmar y sedar tu sistema nervioso y, sin embargo, estimula la periferia de tu sistema circulatorio.
7. Drenaje linfático
Se sustenta en una presión muy suave que se acompaña de mínimos golpes, con el objetivo de reducir toxinas e incrementar el flujo de linfa.
8. Sacudida
Deriva de las vibraciones. Relajan y suavizan tu musculatura, liberan la tensión acumulada, sobre todo en los brazos y las piernas, al tiempo que restablecen el tono muscular y aceleran tu circulación.
9. Pellizcamiento
Si has recibido un quiromasaje deportivo, seguro que lo habrás sentido. Combina la percusión y la hachadura y se intercala con diferentes sacudidas. Es especialmente recomendable sobre fascias, tendones y cicatrices adheridas, con el propósito de desplegarlas.
10. Torsión
Terminamos con este manipulación que se basa en el amasamiento. Su efecto es descontracturante, elimina la tensión muscular acumulada e incluye un medio deslizante, así como la acción cualificada con ambas manos.
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