Se suele asociar, de manera errónea, comer de forma saludable con encontrarse a dieta. Pero no tendría que ser así. Ingerir los alimentos correctos se encuentra vinculado a muchos beneficios para el organismo. Estimular nuestro cerebro, mantener sano el corazón y en definitiva, sentirnos mejor anímicamente, son algunos de ellos. Y en especial es recomendable llevar una buena alimentación al ejercitarse. Veamos por qué.
Beneficios de una alimentación adecuada
Una alimentación equilibrada va a estar determinada por el estilo de vida, la edad o el sexo de cada persona. Lógicamente las necesidades para alguien que está trabajando en un despacho serán diferentes de las de quienes realizan ejercicio físico de manera habitual. Aunque los principios de una alimentación sana siguen siendo iguales.
Entre los beneficios de llevar una alimentación sana está el que nos mantiene más fuertes. Comer alimentos que sean ricos en proteínas y nutrientes es fundamental para mantener los músculos fuertes. El sistema inmunitario también se fortalece y con ello estamos más protegidos frente a infecciones y resfriados.
Además si se realizan actividades deportivas, el cuerpo va a necesitar energía extra al trabajar más. La misma ayuda a conservar la salud, a mantener el peso corporal y a maximizar el entrenamiento y el rendimiento. Si no se consigue lo suficiente a través de la dieta, los huesos y los músculos pueden debilitarse y se corre un riesgo mayor de lesionarse o enfermarse.
La importancia de una buena alimentación al momento de ejercitarse
Lo que se ingiere antes de hacer ejercicio va a determinar la energía que se tendrá al realizarlo y el nivel del rendimiento. Lo recomendable es hacer una comida ligera entre dos y cuatro horas antes del entrenamiento. Hay que asegurarse de que lo que se coma tenga cierta cantidad de proteínas para ayudar en la recuperación tras el ejercicio. También deberá contener una elevada cantidad de carbohidratos para elevar la glucosa en sangre.
Mientras se realizan los ejercicios se pueden ingerir carbohidratos, especialmente si la actividad va a durar más de una hora. De esta manera se evita un cansancio excesivo. Se pueden conseguir a través de suplementos deportivos. También es necesario beber agua para no deshidratarse, especialmente en días muy calurosos.
Al terminar de hacer ejercicio se debe ingerir algo con lo que recargar las reservas de glucógeno. Si no se tienen planes de entrenar de nuevo hasta pasados un par de días como mínimo, se debe ingerir una comida con abundantes carbohidratos. No hay que olvidar incluir también proteínas en lo que se coma después de realizar deporte. De esta manera se contribuye a desarrollar y a reparar todo el tejido muscular. En definitiva, una nutrición deportiva adecuada es fundamental para sacar el máximo partido a nuestros ejercicios físicos y por supuesto, a nuestra salud.
En general, si se sigue una dieta balanceada y saludable, se deberían conseguir todos los minerales y vitaminas necesarios, sin necesidad de recurrir a suplementos vitamínicos. Excepto, claro está, que se tengan una necesidades nutritivas o médicas específicas. En este caso hay que consultar con el médico de cabecera o a un experto nutricionista deportivo para conseguir mayor información.
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