Cada especie animal tiene unos comportamientos naturales que la vida en cautividad no satisface. Un ejemplo es lo que vemos en muchos zoológicos, sobre todo en osos y felinos; realizan comportamientos repetitivos sin ninguna razón aparente. Esto sucede, en la mayoría de los casos porque se encuentran en un ambiente en el cual no pueden desarrollar sus comportamientos naturales de caza, no tienen un ambiente rico en estímulos que les llamen la atención y así empiezan a tener un comportamiento alterado. Estos comportamientos repetitivos se denominan estereotipias. Antes que se desarrolle este comportamiento es posible que el animal haya dado algún aviso que por otra parte no se ha entendido o se ha ignorado.
También en el perro podemos notar conductas que nos avisan que el animal no se encuentra “a gusto” en su ambiente. Cada sujeto puede reaccionar de forma diferente según lo que hemos comentado acerca del temperamento, pero señales como jadear, lamerse los belfos, girar sobre si mismo, demostrar excitación o, al contrario, perder el interés por el ambiente y los estímulos que proponemos, deben ser interpretados y evaluados correctamente. En ISED enseñamos a los alumnos del curso de educador canino a detectarlos y actuar en consecuencia, así como a enseñar a los propietarios de mascotas a estimular comportamientos naturales de su perro.
El animal debe poder realizar conductas que realizaría en libertad, como por ejemplo poder olfatear, jugar con sus símiles, correr, explorar y todo lo que un animal hace normalmente. Con pocos minutos dedicados al paseo no es suficiente, sobre todo si se trata de un animal muy activo, de una raza con aptitud cazadora y activa. En casa podemos ofrecer juegos interactivos que tengan el animal ocupado, sobre todo si debe quedarse solo. Aunque tengamos jardín o un espacio exterior no olvidemos que puede ser un espacio pobre de estímulos y no adaptado a las necesidades del animal.
Algunos propietarios (es más común de lo que pensamos), no dejan que su perro olfatee, pensando que es un comportamiento “poco higiénico” o por prisa. Al contrario: gracias a este comportamiento el animal adquiere mucha información sobre el ambiente y otros animales y esto le ayuda a conocer el ambiente y a estar más tranquilo y relajado en él.
Artículo completo publicado en la revista Perros y Compañía nº 212
2 respuestas
Buenas noches, que tasa de matrícula tiene el curso?
Irene, solicita más información del curso a través del formulario web que lo acompaña y contactaremos contigo para resolver todas tus dudas 🙂