Que muchos perros disfrutan corriendo está claro. Que muchos lo hacen también tirando de un trineo, durante horas, durante días y bajo un frío intenso… no está ni claro ni tan bien visto. ¿Sufren? ¿Les duele? ¿Les obligan con un látigo? No, realmente disfrutan corriendo y no hay látigos. Disfrutan ellos, los perros y toda una comunidad que se mueve en torno a este deporte. Y es que para poder disfrutar de un equipo grande, la dedicación es total en cuanto a cuidados, entrenamientos y más cuidados. Se les dedica mucho tiempo y dinero, pues para hacer un buen trabajo es imprescindible que estén bien atendidos y sanos. Y de ahí que se pueda llegar a decir que el deporte de los perros de tiro, el mushing, es una forma de vida. Y los perros disfrutan de esta forma de vida, disfrutan de cada entrenamiento. Solo hace falta oír los aullidos y ladridos de nervios y emoción cuando notan que toca salir, que ya están preparados los arneses, que toca hacer kilómetros.
Estas fechas son las más importantes para este deporte, por ello queremos aprovechar para hablaros de este trabajo de los perros de tiro y de lo bien atendidos que deben estar los perros para que puedan hacer este gran esfuerzo y llegar a meta contentos.
El trabajo real de estos perros sigue siendo necesario en algunos pocos rincones del mundo donde moverse con máquinas no resulta ni tan eficiente ni sencillo. Como deporte sin embargo, se ha ido extendiendo y fomentando hasta el punto de llegar a aquellos perros de casa que necesitan moverse para estar sanos y felices. Existen competiciones (con más o menos repercusión) en zonas del norte y hasta en algunas del sur como en la Patagonia, donde el frío permite los entrenamientos.
En Europa Noruega encabeza los países donde más se practica el mushing. Cuentan con su famosa Finnmarksløpet, competición que se realiza siempre por estas fechas. Es una carrera de 500 o 1000 km en tierras planas de lagos nevados y auroras boreales a tocar del Polo Norte, en la que se han enfrentado, y este año también, varios equipos españoles. En Rusia, Inglaterra, Alemania, Francia… en casi todos los países, hasta llegar a España, se practica múltiples deportes con perros. Aquí, en nuestro país con temperaturas más cálidas el deporte se disfruta en su mayoría en tierra: bicicletas, triciclos y perros atados a la cintura o canicross del que ya hemos hablado en el blog y que cada día tiene más seguidores. Es la representación más popular y casera del muching, pues el material necesario es mínimo, que no los cuidados.
En España la carrera más mediática con perros de tiro en la nieve ha sido durante años Pirena, en el Pirineo, y ahora también Soria Unlimited, en la Sierra de Urbión. Aunque este año la nieve no haya caído a tiempo y no se haya podido celebrar.
En el continente americano Alaska manda. Hace unas semanas se celebró la Yukon Quest, la carrera con fama de ser la más dura del mundo por el recorrido y el clima. Y este pasado fin de semana comenzó la más conocida, La Iditarod con sus mil millas de recorrido. Esta nació para conmemorar una de las más valiosas hazañas realizadas por perros de trineo: el transporte de las vacunas que salvarían de una epidemia de difteria a la ciudad de Nome, aislada por los temporales de nieve, allá en 1925. En esa ocasión varios equipos de perros y sus mushers (sus conductores), se unieron en un trabajo de relevos. De otro modo (por aire, tren… ) habría sido imposible llegar a tiempo.
Hoy en día, lejos de salvarnos, estos perros suponen un reto. Son perros que con la mínima cantidad de energía trotan durante horas con fríos extremos llevando, además, una carga. Incluso existe una asociación de veterinarios especializados en el deporte, ISDVMA. Como se trata de un maratón muy exigente, los entrenamientos deben ser rigurosos en cuanto a alimentación, repeticiones y el aumento de la carga de trabajo, deben contar con los veterinarios más preparados, algunos también mushers. Los mejores equipos consiguen marcas que asustan: 1000 millas (1600 kilómetros ) en poco más de 6 días, con 48 horas sumadas entre descansos, y perros que llegar a meta alegres, sin una pequeña cojera. Estos perros se revisan una y otra vez en los puestos de los veterinarios y, además, antes de la prueba son examinados con calma: desde la condición corporal hasta el funcionamiento del corazón. Todo cuenta. Evidentemente estas marcas las hacen pocos equipos, como decimos los mejores, y las hacen con perros extraordinarios con muchos kilómetros en sus patas y años de experiencia y siendo muy revisados. Pero, a menudo, cuando probamos con nuestro perro de casa esta actividad nos demuestra que puede hacer mucho más de lo que pensamos y cuando, además, lo hacemos bien aconsejados y cuidamos todos los detalles, los avances son a pasos de gigante.
¿Qué se controla para que estos perros hagan un buen trabajo? Desde la genética, la alimentación, los controles veterinarios rutinarios, la prevención de lesiones con el calentamiento/estiramientos/masajes, el material, los descansos… todo debe estar vigilado al detalle para que, además de acabar la prueba, la acaben sanos y contentos, y solo un poco cansados. Y esta exigencia siempre debe ir ligada al trabajo mental, a la habilidad del entrenador, del musher, de saber pedir aquello que el perro puede dar, su mejor esfuerzo, pero no más. Un perro que no quiere más, que ha dejado de disfrutar del reto nos da pequeños avisos como no querer comer después de haber corrido o avisos más evidentes como sentarse o tumbarse antes de empezar a entrenar. Como en todos los deportes puede haber irresponsables que no vigilen las necesidades de su equipo o que presten poca atención a esos ánimos, gente que solo quiera ganar, egoísta y sin moral. Los menos, porque entre compañeros no cae bien aquel que no cuida de sus perros.