Savasana en Yoga es una posición de relax. De no hacer nada o, mejor dicho, de ‘hacer nada’. Es un Asana de ‘solo estar’ o mucho más que estar. Se dice que es “el Asana fisicamente más fácil de conseguir; mentalmente, el más difícil de mantener”.
Nuestro cuerpo se entrega a la Tierra, se rinde y se abandona para regresar al inframundo. Relajamos cada parte de nuestro cuerpo, a la vez que lo visualizamos rodeado de una intensa luz dorada, que ayuda a relajarlo y nos guía a volver a la cueva, a la oscuridad, al frescor de la Tierra. Y ella nos abraza, la Gran Madre Tierra, desenraiza sus enormes brazos para rodearnos con ellos y llevarnos más profundo…
Se abandona el cuerpo al refugio de la Tierra y la mente le acompaña. Cualquier pensamiento que surja en el momento en el que te encuentres en Savasana, adviértelo como mero observador, como un ‘darte cuenta’ a la vez que vuelves a tu cuerpo y continuas viajando hacia lo más hondo. Entonces la mente dejará de dispersarse y te acompañará en el camino. Y entonces la respiración natural surge, la que bombea tu abdomen y hace que la tripa se dilate como si estuvieras inflando un globo… como si volvieras a ser, de nuevo, un bebé en el refugio de su madre. Y el cuerpo y la mente descansan… Estando, haciendo nada.
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