El uso de los palillos de masaje tailandés continúa, hoy en día, teniendo cada vez más seguidores. Se trata de un instrumento que se usa para aplicar presión en varios puntos reflejos, mide unos 15 cm de largo y está hecho de madera de palo de rosa tailandesa.
Tiene un extremo más grueso y otro más fino para proporcionar diferentes sensaciones de presión. Los lados del palillo permiten al terapeuta su uso en una amplia variedad de técnicas de presión.
En los cursos de reflexología de ISED regalamos uno para que los alumnos practiquen en la clase y desde el comienzo del curso tengan una herramienta nueva y diferente para mejorar y obtener los mejores resultados. Actualmente ISED trabaja con un magnífico carpintero que fabrica exactamente los mismos que se utilizan en Tailandia.
Estos palillos tailandeses se pueden utilizar no solo en reflexología, también en masaje tailandés, quiromasaje, marmaterapia, marmathai y en cualquier terapia manual en la que el terapeuta desee localizar un punto en concreto. Actualmente ISED trabaja con un magnífico carpintero que fabrica exactamente los mismos que se utilizan en Tailandia.
Si enfocamos su uso desde la perspectiva de la relajación, podemos decir que el uso continuado de los palillos aporta seguridad a la hora de trabajar con los pacientes, confirmado y comprobado con varios de nuestros alumnos. Además, aparte de trabajar con ellos en pacientes, el uso en nosotros mismos, en la mano, realizando presiones en puntos importantes de marmaterapia o en los pies, permiten que nos beneficiemos entre otros beneficios de una limpieza de senos nasales o arrastres de liberación de tensión.
El uso continuado del palillo tailandés en el trabajo diario hace que el instrumento se modifique, se haga más suave, cambie de color y lo que es más importante, la confianza que genera y hace sentir al terapeuta, simplemente por jugar con éste, en nuestras manos, hace sentir que la energía que tienes la transmite con más fuerza.
Si después de tantos miles de años se continúan utilizando los palillos tailandeses y en diferentes academias del mundo te enseñan con éstos, no dejemos de beneficiarnos de los conocimientos de nuestros antepasados.
Un comentario personal y de la infancia: recuerdo que mi padre tenía una especie de cruz de madera con la que nos daba golpecitos y ejercía pequeñas presiones en zonas del cuerpo cuando algo nos dolía… ¿será que estos palitos tailandeses no son solamente de su cultura y también podemos aportar algo de la nuestra?
Espero que los sigáis utilizando como terapeutas y podamos aprender de vuestros resultados y experiencia.
Si te gustan las terapias manuales, consulta todos los cursos que ISED te ofrece para profesionalizarte en el sector.