Entiendo que el uso del transportín o perrera de plástico como complemento para la educación del cachorro pueda resultar a primera vista negativa porque pensamos que estamos encerrando a nuestro cachorro e imaginamos que a nosotros no nos gustaría que nos encerrarán, pero el perro es un animal de madriguera, lobera, cueva, cubil y él se siente muchos más seguro y confiado en un lugar, recogido, cálido, oscuro; si desarrollamos e incluimos esta rutina o costumbre en su educación, en el futuro será más equilibrado y tranquilo.
Yo recomiendo la utilización de un transportín o perrera de plástico para conseguir los objetivos, que nos servirá para varios fines distintos como:
- Lugar de descanso, es fundamental que el cachorro se sienta cómodo en su interior, por ese motivo el tamaño tiene que ser suficiente para que el perro pueda estar de pie y girarse sin dificultad.
- Como medida de disciplina, para que el cachorro no cometa fechorías hemos de evitar que tenga posibilidad de hacerlas.
- Limpieza del cachorro, evitando que esté suelto por la casa cuando estemos ausentes y educación del sistema eliminatorio.
Consejos para la adaptación a la perrera de plástico (transportín):
- Debe ser positiva para evitar problemas de ansiedad, estrés…
- Para ello meteremos en su interior la cuna, cama o manta del cachorro y quitaremos o sujetaremos la puerta para evitar que se cierre.
- Podemos ayudarnos con premios en su interior, para conseguir que entre el cachorro si no tiene iniciativas.
- El perro es un animal de madriguera y por sí mismo entrará en la jaula sin que esto resulte una experiencia traumática para él.
- Cuando el cachorro esté habituado podemos cerrar la puerta.
- Aumentaremos el tiempo del confinamiento progresivamente, hasta conseguir que permanezca tranquilo y seguro durante el tiempo que consideremos necesario (toda la noche, mañana o tarde).
- Con frecuencia los cachorros lloriquean durante la noche para llamar la atención de su dueño y también con frecuencia éste cede al lloriqueo del cachorro y termina abriendo la puerta.
- Esto no debe suceder nunca porque el cachorro aprende enseguida que si llora, tarde o temprano el dueño le liberará.
Debemos enseñar al cachorro que éste es su sitio y que, en determinadas situaciones y ocasiones, debe permanecer allí.