Estar motivado es casi una cuestión de estado. En ocasiones se expone la motivación con la pirámide de Maslow, muy interesante, si bien existen otras visiones y aportaciones que complementan la comentadísima teoría. Lo que está claro es que la motivación hace referencia a una energía interior que nos mueve a hacer algo.
De esta sencilla definición se despliegan dos aspectos esenciales. El primero se centra en hablar de la energía que nos conduce a realizar esa acción o de la compensación y satisfacción que nos supondrá realizar aquella conducta. En otras palabras, si la fuerza surge de nuestro interior como una voluntad interna o si es externa como el reconocimiento de los demás o el dinero. El segundo punto es el del movimiento y hace referencia a cómo afrontamos una situación: empezamos a actuar, mantenemos nuestro comportamiento o decidimos finalizar nuestra conducta. A modo de ejemplo, empezar una nueva etapa en la vida, continuar en ese proyecto porque nos realiza o abandonarlo porque no aporta valor a nuestro día a día.
En palabras sencillas, estar motivado es hacer algo porque lo amas, lo disfrutas y creces como persona cuando lo realizas ¿Te importa levantarte pronto para hacerlo? Sin duda, no importa el cuándo ni el dónde si quieres hacerlo. La poesía de esta respuesta esconde una arma de doble filo pues estas pilas tan cargadas podrían llevar a un trabajo continuo, un alto nivel de estrés en detrimento de la capacidad de organizarse con la propia vida privada, pero sobre la conciliación ya hablaremos más adelante.
Hasta este momento solo se ha hablado de motivación sin vincularlo a nuestro día a día en la empresa, pero eso no significa que la motivación no sea aplicable en cualquier otro ámbito: se trata de amar lo que uno hace. Ahora sí, le daremos una visión laboral y, aun siendo válida la teoría de Maslow, hablaremos de la teoría de Herzberg. Según este autor, existen solo dos vías para motivar a la gente con la que uno trabaja o colabora. Expone, por un lado, que la motivación se trabaja a base de la repetición de tareas y lo denomina ‘job enlargement’. En este caso, al trabajador se le aumenta el número de tareas, en las que ya es un experto, sin ningún desafío mayor que la repetición de dicha acción o una parecida.
Por otro lado, el ‘job enrichment’ es en el que se proponen nuevas tareas a sus trabajadores para potenciar sus conocimientos y habilidades aplicadas al trabajo. En otras palabras, se potencian nuevos retos para el crecimiento y desarrollo personal. Este enriquecimiento laboral requiere de acciones desde la organización como la capacidad de generar desafíos y retos a los trabajadores, promover la autonomía, llenar de significado los objetivos por los que se trabaja y potenciar, con vehemencia, el ‘feedback’ y la comunicación para hacer un seguimiento del desarrollo de las tareas.
Existen muchas más teorías de las citadas en este escrito y todas tienen un mismo elemento común, conseguir que la persona esté contenta mientras desarrolla sus tareas. Este aspecto, amar lo que uno hace es la única obsesión que se debe tener al hablar de motivación. Si uno no se siente lleno y realizado cuando está haciendo su tarea, laboral o personal, es mejor parar y replantearse el camino que se está andando pues no estará al máximo rendimiento, no aportará todo lo que tiene en su interior y no crecerá como persona. Y ahora, ¿preparado para buscar aquello que te motiva?