Hoy ya a pocas personas les cabe duda alguna de que el perfil del Gestor de la Seguridad ha cambiado. El paradigma del Director de Seguridad, gestor de las 3G (Gun, Gate, Guard) en otras palabras: Pistola, Puerta y Guardia, o “vigilante”, ha quedado como una triste definición de lo que para las organizaciones suponía esta figura profesional.
Las organizaciones, cada vez más, apuestan por el talento: profesional joven o de mediana edad con capacidad de liderazgo, sólida formación académica, especialización en algún área y una visión global y generalista del mapa de riesgos y procesos de la empresa, que debe reunir las siguientes capacidades: Alineación con el negocio > Aprendizaje y adaptación > Liderazgo > Gestión del cambio > Integración, motivación > Gestión de departamentos multidisciplinares.
Estas son algunas de las capacidades sin las cuales el profesional que aspire a puestos de responsabilidad en materia de seguridad y la empresa que le contrate están abocados al fracaso.
Entre sus funciones más elementales del Gestor de la Seguridad se encontrarán:
- Gestión preventiva: definir la política de seguridad integral o el Plan de Seguridad del Operador / desarrollar los planes, medidas organizativas y procedimientos o planes de protección específica.
- Gestión de crisis: liderar y gestionar los equipos de crisis / disponer de protocolos para las distintas hipótesis que se contemplen en el Plan de Continuidad o Contingencia / evaluar, gestionar y difundir la información según objetivos.
- Gestión de la resiliencia: poner en práctica el Plan de Recuperación / disponer de medios y recursos que permitan disponer de instalaciones, recursos técnicos e información en el menor plazo posible / orientar y priorizar las actuaciones al menor impacto para clientes, organización y sociedad.
Entre sus objetivos irrenunciables deberán estar el motivar el cambio organizacional para la consecución de que los aspectos de la Seguridad Integral se conjuguen en un solo modelo de Gestión de todos los ámbitos y responsabilidades de la seguridad:
Todo ello sin olvidar, ni descuidar aspectos como la Seguridad Industrial, la Seguridad Vial, Seguridad Alimentaria, el Food Defense, y la Gestión de Seguridad Medioambiental.
Reunir estas cualidades y conseguir estas capacidades y aptitudes es un reto que requiere una actitud proactiva, autodidacta y de permanente búsqueda de información y actualización. Cualidades para las que los antiguos perfiles profesionales no disponen de tiempo y en ocasiones ni ganas, ni capacidad para conseguirlas.
Existen diversas formas de conseguirlas: por un lado, la inversión permanente en formación para estar actualizados, por el otro los grupos y asociaciones profesionales entre cuyos fines están el proporcionar a sus socios o miembros información constantemente actualizada en relación con su ejercicio profesional, los cambios normativos, la evolución de las técnicas y tecnologías.
A modo de conclusión, puede afirmarse, sin lugar a duda ni al error de análisis, como se define en la teoría de la evolución y selección natural, al haber llegado el cambio solo perdurarán y se mantendrán en el mercado laboral aquellos capaces de adaptarse a estos nuevos retos.