Hoy día es una gran satisfacción ver como nuestros deportistas crecen y son reconocidos mundialmente. Desde que somos pequeños lo primero que aprendemos es a jugar y a medida que vamos creciendo vamos sintiendo una cierta atracción por el recreo, por el ejercicio, por el deporte, por ese jugador de fútbol que toca el balón tan bien, por ese nadador de primera o esa tenista que fue tan buena durante unos cuantos años.
A la gran mayoría de deportistas de élite se les acaba esa época de éxito y reconocimiento social, por lo que una opción para enfrentarse al mercado laboral es acceder a la formación profesional en el ámbito del deporte.
Dependiendo de su situación académica la opción es empezar por prepararse para la Prueba de Acceso a Ciclos Formativos Grado Superior. Ésta preparación tiene una duración de un año lectivo y consta de dos partes: parte común y parte específica.
La parte común consta de las siguientes materias: lengua y literatura castellana, matemáticas, lengua inglesa y, dependiendo de la Comunidad Autónoma, lengua autonómica.
En la parte específica se presenta la materia o materias escogidas en función del Grado Superior de Formación Profesional y de la Comunidad Autónoma dónde se desea cursar. Por lo general para este tipo de alumnado una de las asignaturas es Educación Física.
Una vez aprobado dicho acceso, puede realizar el Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas. Éste capacita al alumno a enseñar y dinamizar actividades físicas, recreativas, juegos individuales y en equipo, y a organizar y gestionar incluso empresas de actividades de tiempo libre y socioeducativas. El deportista se capacita para ser promotor y animador de actividades físico-deportivas, coordinador de actividades polideportivas, iniciador de: atletismo, bádminton, baloncesto, balonmano, fútbol, natación, tenis y voleibol.
Como dijo en su día Roberto Perfumo, ex futbolista, entrenador y periodista deportivo “Durante mucho tiempo, todos le dicen al jugador qué cosas debe hacer para convertirse en un profesional del fútbol. El problema es que, cuando le llega la hora del retiro, nadie le explica como dejar de serlo”. Obviamente la vida no acaba cuando un deportista se retira, es ahí precisamente cuando empieza todo.