Todo buen educador canino al formarse para adiestrar a perros debe conocer una de las fobias con las que se puede topar a la hora de trabajar, la cinofobia. Se trata de un persistente, anormal e injustificado miedo a los perros o hacia las enfermedades que estos pueden transmitir.
Como las fobias pueden afectar la vida cotidiana de quienes las padecen, hasta el punto de acarrearles verdaderos disturbios a sus relaciones, entorno laboral y vida privada, muchas personas realizan consultas acerca de un posible tratamiento, ya sea para erradicar la fobia o para aprender a vivir con ella. Es importante saber que las fobias no suelen desaparecer por sí solas, por ello es muy importante buscar ayuda.
Características de las fobias:
- Existencia de miedo desproporcionado.
- El miedo conduce a evitar la situación temida.
- No existe una posible explicación lógica del fenómeno.
- Sobrepasan el posible “control” voluntario.
- Producen cierto grado de malestar o sufrimiento.
¿Cómo se adquiere?
En la mayoría de los casos el miedo a los perros aparece en la infancia, cuando debido a una mala experiencia, un susto o un trauma, el niño se hace adulto sin haber superado ese miedo.
¿Cómo tratar la cinofobia?
El tratamiento que se ha mostrado más eficaz para tratar la cinofobia es una forma de terapia conductual llamada desensibilización o terapia de exposición, donde la persona se expone gradualmente a la fuente de su fobia hasta que ya no es aterradora, en este caso a los perros.
¿Cuánto tiempo hay que exponerse al estímulo fóbico?
En líneas generales, la exposición prolongada es mejor que la corta, llegando a configurarse tratamientos de una sola sesión de 60 a 180 minutos de duración, con una media aproximada de dos horas.
Terapias cognitivo-comportamentales y realidad virtual
En las últimas décadas se han ido incorporando terapias cognitivas en el tratamiento de las fobias, empleadas en la mayor parte de las ocasiones en combinación con estrategias de exposición.
Aplicada a la cinofobia, podemos destacar las siguientes ventajas:
- La realidad virtual permite que el terapeuta construya el contexto y no que tenga que desplazarse.
- La realidad virtual permite manipular el contexto sin que aparezcan estímulos o situaciones inesperados. Por ejemplo, una reacción inesperada del perro o que estando en un espacio abierto aparezca otro perro que complique la situación.
- Con la realidad virtual se garantiza de mejor manera la seguridad y la privacidad del paciente. Se garantiza la confidencialidad.
Tratamiento biológico
Para concluir, abordamos el tratamiento biológico, que por el momento se ha limitado a la farmacología. En el caso de las fobias específicas la opinión de clínicos e investigadores de que no hay un tratamiento farmacológico de elección es prácticamente unánime.