El masaje abdominal actúa sobre la estructura muscular (recto mayor y oblícuos) y la nerviosa (plexo solar y plexo hipogástrico). El sistema circulatorio y linfático también tiene mucha actividad en esta zona. En este sentido, uno de los efectos de este masaje es activar el flujo sanguíneo, pero tiene otros muchos beneficios.
Está especialmente indicado en casos de atonía gástrica, debilidad de las paredes abdominales, ptosis viscerales, meteorismo, celulitis o estreñimiento, así como en personas que sufren estrés y ansiedad. En cambio, está contraindicado en embarazadas y casos de diarreas, hernias femorales, colon irritable o úlceras estomacales e intestinales.
Este masaje se aplica sobre el abdomen y la espalda a fin de relajar los músculos, alinear los huesos de la pelvis, ajustar el útero a su posición normal, mejorar la eliminación y secreción de hormonas, así como la circulación no solo de la sangre, sino también de los fluidos linfáticos.
- Mejora la digestión: Un masaje ligero sobre el estómago con movimientos circulares hacia la derecha estimulará el flujo sanguíneo, aliviará los gases y mejorará la digestión. Estimularás tu sistema digestivo y ayudaras al colon a mover residuos.
- Estimula órganos internos: El aumento de la sangre y el flujo de oxígeno como consecuencia del masaje abdominal pueden ayudar a mejorar las funciones de los órganos internos, incluida la vesícula biliar y el hígado, que pueden liberar de forma más eficiente los deshechos.
- Alivia el estrés: La sensación de tener un “nudo en el estómago”, causada por el estrés y la ansiedad, puede llevar a experimentar dolores abdominales acompañados de gases y de dolor. El masaje abdominal puede ayudar a aliviar estos síntomas dolorosos y fomentar un estado de relajación.
- Otros beneficios: Libera los espasmos de los tejidos musculares en el área abdominal, alivia molestias abdominales y previene y corrige problemas en el útero.
Otra ventaja del masaje abdominal es que crea calor, lo que promueve el derretimiento de tejido adiposo grasoso, moviliza el oxígeno y quema la grasa. Además, propicia la eliminación de toxinas del sistema linfático. Un masaje abdominal también puede levantar los ánimos e incrementar la energía de quien lo recibe.
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